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Poesía (y música) en Voz Alta en Casa del Lago
Proyecto emblemático de la Casa del Lago desde su fundación hace cincuenta años a manos del escritor jalisciense Juan José Arreola, el ciclo Poesía en Voz Alta ha recuperado su pertinencia y brío en años recientes, recordándonos que la indisoluble relación de la literatura con otras artes produce audiencias variopintas y renueva las fuerzas creadoras de cualquier país. Con la presencia de escritores, pintores, escultores, actores, bailarines, ajedrecistas y músicos de todo tipo de géneros, las palabras nacidas en su espacio han cobrado cuerpo y volumen a lo largo del tiempo para generar diálogos inusitados, trascendentales en la evolución de nuestra cultura y memoria. Asimismo, estas palabras en altavoz han permitido mirar hacia el futuro, resucitando el espíritu del pasado, de esos happenings que en los sesenta y setenta abrieron la Casa del Lago a experimentos con los que el propio Arreola y otros, como Hugo Gutiérrez Vega, Tomás Segovia y Juan Vicente Melo, trascendieron las fronteras naturales del hacer artístico.
Hoy, a cuatro años de haber renacido, Poesía en Voz Alta no pierde el tiempo. Ya ha invitado a decenas de artistas de doce países vinculados con la literatura y cuyo rastro es insoslayable en la van guardia poética. Así lo describió José Luis Paredes, director de la Casa del Lago, en un texto de 2008 en el cual señalaba el compromiso de “provocar un diálogo generacional desde las tradiciones literarias iberoamericanas hacia formas poéticas emergentes, aún desconocidas en nuestro país, vinculando a escritores mexicanos reconocidos con poetas de distintos hemisferios lingüísticos y campos culturales, sin excluir a los poetas de distintas tradiciones orales populares como los decimistas jarochos, los repentistas caribeños y los poetas indígenas”.
Michel Houellebecq |
Desde 2005 los ejemplos han sido brillantes: Quincy Troupe (jazz poetry), Amiri Baraka (poeta beat), Umar Bin Hassan (Last Poets), Adrián Arancibia (del colectivo Taco Shop Poets, caracterizado por ofrecer lecturas de poesía en ta querías de California), Linton Kwesi Johnson (dub poetry), Arnaldo Antunes (loops y proyecciones), el poeta argentino Juan Gelman y el bandoneonista César Stroscio, el catalán Carlos Ann con un homenaje a Leopoldo María Panero (quien ha pasado gran parte de su vida recluido en un manicomio), y desde lue go poetas indígenas como Mardonio Carballo, Natalia Toledo y Briceida Cuevas. Por ello, y guardadas las proporciones, nos da gusto participar este año con un par de proyectos, ambos dedicados a la obra de autores significativos. El primero, Confabulario musical, sucederá el sábado 31 de octubre, y el segundo, Partículas horizontales, el sábado 26 de noviembre. Uno estará dedicado a la obra de Juan José Arreola y el otro a la del francés Michel Houellebecq (con quien también estaremos en la Feria del Libro de Oaxaca el lunes 28). Para ambos casos, el arriba firmante presentará música con colegas e invitados especiales.
Hecho el inevitable anuncio, diremos que nuestro mayor gusto radica en los demás nombres con que compartiremos escenario. Poetas tradicionales, compositores contemporáneos, músicos folclóricos, hip hoperos y graffiteros, bailarines, cineastas y críticos, todos exhibirán el irremediable lazo entre su obra y la poesía, sustancia de invisible pero poderosa adherencia. Así, los jueves y sábados de octubre y noviembre se presentarán, entre otros, los veracruzanos de Mono blanco; el proyecto LabA con Jaime López, Nicolás Alvarado y Fernando Rivera Calderón leyendo a Juan José Arreola; José de la Colina , Armando González Torres, José Antonio Lugo, Paola Velasco y Francisco Santillán sobre Juan García Ponce; Xolo: Juan Pablo Villa y Mardonio Carballo; Poetas del Megáfono: Feli Dávalos; Rocío Cerón, Bishop, Nómada, Tower, Abigail Jara y Mijail Rojas; Ursula Rucker, Anajosé Aldrete y Rogelio Sosa; Bartolomé Ferrando; Las partículas horizontales: Michel Houellebecq y Alonso Arreola; Diana Theocharidis. Para información sobre días y horarios visite casadellago.unam.mx.
A manera de invitación final, recordemos estas líneas de Juan José Arreola en su compilación literaria Lectura en voz alta para la editorial Porrúa: “No sé de ningún tratado que nos ayude a leer en voz alta. Sólo el ejemplo de quienes saben hacerlo y resucitan de viva voz el sentimiento y la melodía que bulleron el alma de los autores, sirve de algo. Pero lo que no puede el maestro, lo hace el instinto, el genio del lenguaje que poseemos, aunque se haya o se halle dormido entre nosotros.” Despertémoslo pues y, aunque sea sonámbulo, llevémoslo a este festejo en la Casa del Lago.
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