Capital
Ver día anteriorViernes 21 de agosto de 2009Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Se corre el riesgo de diversas formas de estallidos, advierte el jefe de Gobierno del DF

Programa social de emergencia, demanda Ebrard a Calderón

Insta al Ejecutivo federal a cambiar el rumbo

Hay que tener humildad para darse cuenta de que algo no funciona, dice

No hay forma de salir de la crisis sin un acuerdo nacional, insiste

 
Periódico La Jornada
Viernes 21 de agosto de 2009, p. 32

Tras la confirmación del Banco Mundial (BM) de que la recesión en que cayó la economía mexicana en 2009 sumió en la pobreza a por lo menos 4.2 millones de personas, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubon, aseveró que es urgente instaurar un programa social de emergencia o de lo contrario el país se puede encaminar a diversas formas de estallido social.

Por segunda ocasión en menos de una semana, el mandatario capitalino emplazó al gobierno de Felipe Calderón a convocar a todos los sectores a un gran acuerdo nacional que permita al país salir de la situación en que está y modificar la política económica. Hay que tener la humildad para darse cuenta de que si algo no está funcionando, hay que cambiarlo, indicó.

Al clausurar la sesión solemne en la que la Academia Nacional AC entregó preseas de la Gran Orden de la Reforma 2009, en el hotel Camino Real de Mariano Escobedo, el mandatario capitalino transmitió a los asistentes algunas de las reflexiones que los galardonados e invitados habían intercambiado sobre el panorama del país y de la ciudad de México, el cual, concluyeron, es muy preocupante porque a la espiral de violencia y a la crisis económica se suma ahora la situación social en la que se encuentran 60 millones de personas, a las que no les alcanza ni para lo básico.

Refirió además que, al igual que al Gobierno del Distrito Federal, el titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, Agustín Carstens, informa sólo mediante oficios a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y a otras instituciones públicas que ya no dispondrán de alrededor de 7 mil millones de pesos, en el caso de la ciudad de México, sin dar una explicación y mucho menos ofrecer la posibilidad de entablar diálogo.

Apenas el martes, Ebrard hizo un llamado a Calderón para que en una semana convoque a la instalación de un consejo de reactivación económica. Ayer le pidió asumir las responsabilidades propias del Poder Ejecutivo federal y aceptar, de una vez por todas, que no hay forma de salir adelante de la crisis que enfrentamos si no llegamos a un verdadero acuerdo, no sobre cómo vamos a terminar 2009, sino qué vamos a hacer para salir de la situación en que se encuentra el país.

Aclaró que no es un asunto electoral, de un partido o de una personalidad, sino de reconocer que se está en una situación de emergencia.

El gobernante de la capital puntualizó que se requiere un programa social de emergencia, pero para eso deben ponerse de acuerdo; naturalmente yo tengo una perspectiva de izquierda, y les diría que hay 60 millones de personas en este país a las que no les alcanza ni para lo básico.

Al retomar algunas de las ideas que momentos antes expuso el rector de la UNAM, José Narro Robles, sobre un estallido social y la violencia que hay en las calles, Ebrard afirmó que se deben tomar medidas inmediatas.

Habló también de la situación de Petróleos Mexicanos, empresa a la que durante más de una década se ha conducido como si fuera un barco abandonado en medio del océano Pacífico. A veces da la impresión de que lo que se quiere es venderla lo más pronto que se pueda; la cosa es que ese barco no tiene protección como activo nacional.

El Ejecutivo local cuestionó asimismo la política económica del gobierno federal, que por un lado hace exactamente lo opuesto a lo que hacen Estados Unidos y Europa para salir de la crisis, pero tampoco dice qué quiere hacer. Por algunas declaraciones, lo que se dibuja es una política coercitiva, aumento de precios y tarifas, reducción del gasto público, etcétera. Entonces tenemos que cambiar el rumbo; hay que tener la humildad para darse cuenta de que si algo no está funcionando, hay que cambiarlo.