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La cifra de muertos durante los disturbios en Irán es de 150, según versiones de CNN

Musavi, preparado para el martirio; llamará a paro nacional si es detenido

El fraude electoral demostraría que el Islam es incompatible con la república, dice el reformista

Mahmud Ahmadinejad agradece al líder supremo, el ayatola Jamenei, la validación de su victoria

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Simpatizantes del reformista Mirhosein Musavi se enfrentan en calles del centro de Teherán con miembros de la policía antimotinesFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Domingo 21 de junio de 2009, p. 20

Teherán, 20 de junio. La presión de la fuerza pública estatal iraní frustró hoy el intento de unas 3 mil personas que se animaron a salir a las calles de Teherán –pese a las advertencias de arresto– para reactivar las protestas contra los resultados de la elección presidencial.

El opositor Mirhosein Musavi lanzó la más severa crítica contra el régimen revolucionario en 30 años, al afirmar que la magnitud del fraude electoral del 12 de junio, que defendió el viernes el líder supremo ayatola Ali Jamenei, demostraría que el Islam es incompatible con la república.

Jamenei responsabilizó en la víspera de cualquier posible derramamiento de sangre a la oposición y aseguró que es legítimo el triunfo en las elecciones del presidente Mahmud Ahmadinejad, al descartar cualquier fraude.

Mientras, un presunto opositor se hizo estallar con explosivos en el mausoleo al líder de la revolución islámico, el ayatola Rojula Jomeini, y causó, según fuentes gubernamentales, su propia muerte e hirió a tres personas más.

La convocatoria a una nueva jornada de manifestaciones callejeras fue contenida hoy por los organizadores luego que el gobierno de Ahmadinejad –declarado vencedor de los comicios– prohibió las concentraciones y responsabilizó a Musavi y colaboradores más cercano de las consecuencias.

Cuerpos policiales antimotines repartidos en distintos puntos de la capital tuvieron que hacer frente a grupos opositores que continuaron con sus denuncias de fraude y su reclamo de nueva elección, así como con proclamas de muerte al dictador y Dios es grande.

Según testigos, los núcleos favorables a Musavi pudieron sumar unas 3 mil personas, cantidad por debajo de los cientos de miles que inundaron las principales avenidas de Teherán en reacción a un resultado electoral que atribuyó 63 por ciento de sufragios a Ahmadinejad y 34 por ciento a Musavi.

Con cañones de agua y gas lacrimógeno, la policía dispersó a los grupos que insistieron este sábado en las protestas callejeras.

La convocatoria para una manifestación con Musavi en la plaza Engelab fue cancelada luego que fue anunciada la prohibición por el gobierno y que el Consejo Supremo de Seguridad Nacional envió una carta al candidato perdedor en que le exigió que deje de instigar las manifestaciones ilegales.

La misiva fue en respuesta a una queja expresada un día antes por Musavi al consejo sobre la violencia policial en las concentraciones masivas de esta semana. Además de la prohibición, la fuerza pública fue desplegada en la plaza Engelab; algunos grupos intentaron cruzar la línea policial, pero fueron repelidos a golpes.

En las inmediaciones de la Universidad de Teherán, cerca de la plaza citada, otros contingentes de cientos de opositores fueron dispersados con cañones de agua. La plaza Azadi fue otro punto de encuentro que fue desarticulado.

Según la televisora estadunidense CNN, al menos 19 personas fallecieron en los choques entre manifestantes y policías. Sitios en Internet de redes sociales como Twitter y Facebook difundieron fotos de helicópteros oficiales que apoyaron a fuerzas terrestres en la refriega, así como de manifestantes heridos o muertos.

Reportes no confirmados, según CNN, indicaron que la cifra de fallecidos podría ser de 150.

Al caer la noche en la zona norte de Teherán se oyeron durante una hora gritos de “Allah akbar” (Dios es grande), una acción que recupera tácticas usadas durante la revolución islámica de 1979 contra la monarquía del sha Mohamed Reza Pahlevi.

Antes del atardecer un sujeto no identificado detonó unos explosivos en el mausoleo del imán Jomeini, en aparente acto de protesta por el resultado electoral.

El ejecutor de la acción activó la bomba en un lugar que los visitantes utilizan para depositar sus zapatos antes de ingresar en el complejo. El hombre murió y causó heridas a tres personas.

La prensa extranjera sigue sin autorización para informar de lo que ocurre en la vía pública, pero según testimonios de gente que pudo asistir a un mitin de Musavi, el reformista aseguró que está preparado para el martirio y llamará a una huelga nacional en caso de ser privado de su libertad.

En un comunicado difundido en su sitio de Internet, Musavi dijo que a pesar de sus denuncias de fraude electoral y su demanda de una nueva elección, no está enfrentado con el Estado islámico.

Sin embargo, las críticas hechas hoy por Musavi no tiene precedentes en el periodo en que Ali Jamenei ha ocupado el cargo de líder supremo, desde 1989, ni cuando Jomeini encabezó las instituciones de la revolución islámica.

Según Musavi, el fraude cometido en su contra es parte de un proyecto que va más allá de la imposición al pueblo de un gobierno no deseado, la imposición de una nueva vida política al país.

El reformista reservó su acusación más fuerte contra el guía supremo al citar el argumento del que se sirvió Jamenei el viernes para validar la relección de Ahmadinejad, que hoy agradeció la postura del líder supremo y quien en los comicios obtuvo 24 millones contra 13 millones de Musavi.

Musavi, que no ha parado de contradecir a Jamenei desde el 13 de junio, se refirió a la afirmación del ayatola cuando dijo el viernes que los mecanismos de nuestro país no permiten hacer trampa con un margen de 11 millones.

Por eso, agregó, si ese enorme fraude es presentado como la prueba de que no hubo fraude, entonces el aspecto republicano del sistema se ve masacrado, lo que demostraría que el Islam es incompatible con la república.

Antes de que Musavi difundiera la respuesta a Jamenei, el Consejo de Guardianes –el más alto órgano legislativo formado por 12 clérigos y juristas islámicos elegidos por Jamenei y el Parlamento– se dijo dispuesto a recontar hasta 10 por ciento de las urnas, elegidas al azar, en presencia de representantes de los candidatos.

El consejo, que recibió el encargo de examinar las denuncias de irregularidades en los comicios, informó que entregará su veredicto a más tardar el miércoles.

En Washington, el presidente Barack Obama llamó al gobierno iraní a detener las acciones violentas e injustas contra su pueblo y que debe entender que el mundo observa y lamenta cada una de las vidas inocentes perdidas.

Los derechos universales de reunión y libertad de expresión deben ser respetados y Estados Unidos apoya a quienes buscan ejercer estos derechos, dijo Obama, mientras que en Sidney, Hamburgo y París comunidades iraníes apoyaron las demandas de Musavi.