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Reconoce combate a criminalidad

Llama Peña a dar respaldo legal a tareas de seguridad de fuerzas armadas

La revisión de la Suprema Corte permitirá asegurar la constitucionalidad de la Ley de Seguridad Interior, dijo

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▲ El presidente Enrique Peña Nieto, flanqueado a su derecha por Salvador Cienfuegos, titular de la Sedena, y Vidal Francisco Soberón, de la Semar.Foto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Miércoles 7 de noviembre de 2018, p. 17

México estará en deuda con sus fuerzas armadas mientras no se aplique la Ley de Seguridad Interior, afirmó ayer el presidente Enrique Peña Nieto en una jornada dedicada al Ejército y la Marina, a 24 días de terminar su gestión, y durante la cual el almirante Vidal Francisco Soberón señaló: Difícilmente volveremos a tener un comandante supremo como usted.

El mandatario planteó, además: “Habría sido inconsistente seguir demandando a nuestras fuerzas armadas que coadyuvaran a la seguridad interior sin dotarlas de un marco legal que brindara certidumbre jurídica a su actuación. En este sentido, la revisión que lleva a cargo la Suprema Corte sobre la Ley de Seguridad Interior, que se promulgó en diciembre pasado, permitirá asegurar su constitucionalidad’’.

En sendas ceremonias, el presidente Peña reconoció a militares y marinos de distintas unidades por su desempeño en el combate a la criminalidad, y más tarde, ante unos 7 mil uniformados, él mismo recibió las condecoraciones por Servicios Distinguidos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y por Distinción Naval Primera Clase de la Secretaría de Marina.

En todos los casos, los discursos se prodigaron en reconocimientos mutuos. El titular de la Sedena, general Salvador Cienfuegos, reiteró que en toda su carrera militar nunca había conocido a un Presidente que apoyara tanto a las fuerzas armadas, mientras el almirante Soberón sostuvo que el mandatario fue su guía y líder, porque los respaldó en todos los temas asociados con la institucionalidad y el marco que requerimos para afrontar las tareas de seguridad que tuvo a bien encomendarnos.

Peña Nieto tampoco ahorró elogios para ambos jefes militares y fue patente cuánto le conmovía recibir un reconocimiento de sus subalternos en las fuerzas armadas, las cuales, para argumentar esta decisión, resaltaron el apoyo incondicional recibido para la transformación de los servicios educativos de los institutos castrenses, así como en la adquisición de aeronaves, embarcaciones, vehículos y armamentos; la construcción de modernas y eficientes instalaciones, cuarteles, hospitales y viviendas, y a fin de incrementar el respaldo a las familias de los militares.

En el Campo Militar 1-A y en un homenaje en el que todo ocurrió con sincronía y disciplina militares ensayadas hasta en los aplausos, el mandatario pidió a las tropas: métanle fibra. Dijo haber escuchado esta expresión entre los uniformados y que esta vez fue un exhorto hacia ellos para poner toda su concentración y dar su máximo esfuerzo en el logro de resultados de excelencia.

Ante la inminencia del relevo de mandos en el gobierno federal, los secretarios Cienfuegos y Soberón felicitaron el nombramiento de los generales Luis Crescencio Sandoval en la Sedena y del almirante José Rafael Ojeda Durán en la Marina. Continuarán patentizando los valores que nos definen como instituciones sólidas, aseguró el jefe militar.

Y sostuvo que en la vocación de servicio de cada soldado y marino está implícito el respeto a las decisiones democráticas de los mexicanos y no distinguen colores partidiarios en la institución presidencial. Con esas convicciones seguiremos al lado del Ejecutivo de la nación, de las instituciones y de los mexicanos.

Los jefes militares reiteraron la disposición para seguir en el combate a la delincuencia, como ya anticipó el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.

No habrá tregua para quienes atenten contra el bienestar de los ciudadanos y no solaparemos al delincuente que viole a nuestro pueblo, planteó Soberón.

Y el general Cienfuegos ratificó: no es válido repartir culpas porque eso no abona en nada al país seguro que anhelamos, debilita a las instituciones y crea desánimo ciudadano.