La ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, señaló que, como sociedades, no podemos aflojar para consolidar una verdadera cultura de derechos humanos y advirtió que persisten violaciones sistemáticas en casos particulares como el acceso al agua potable, libertad de expresión, zonas de conflicto y cárceles.

Al inaugurar la cátedra Internacional por los Derechos Humanos y la Paz, Alfonso García Robles de la UNAM, la también creadora de la Fundación Horizonte Ciudadano, resaltó, además, la necesidad de considerar al régimen democrático como un patrimonio común que debe cuidarse, pues es la posibilidad concreta de tener una sociedad sana.

La igualmente ex directora de la Organización de las Naciones Unida-Mujeres, precisó que la procuración de la democracia es la vía para garantizar un trabajo constante por las garantías fundamentales.

Por mucho que perfeccionemos los instrumento jurídicos, que hagamos buen trabajo con la comunidad internacional; nada remplaza el trabajo cotidiano de una convivencia respetuosa del otro y eso es y será siempre la democracia, sostuvo.

La ex presidenta de Chile visitó la UNAM

Desde la torre de Rectoría de Ciudad Universitaria, la ex mandataria agregó que es necesario ser consistentes en condenar la violencia en todas sus formas y reivindicar la vocación de nuestros países de vivir en paz y tranquilidad, porque ni en Chile ni en México puede haber espacio alguno para el miedo y el temor; ya hemos tenido suficiente.

Reiteró que la defensa de los derechos humanos es una tarea compartida: “No es solamente el Estado el que tiene responsabilidad en la protección de los derechos humanos (…) Nuestro desafío común es llevar adelante acciones que hagan posible que haya más verdad, justicia y reparación”.

Señaló que esta responsabilidad compartida abarca nuevos problemas como garantizar los derechos de las niñas y niños; los sexuales, reproductivos; aquellos de las mujeres y poblaciones indígenas; así como los derechos de la diversidad sexual.

Definió como caso emblemático de la era el problema que viven las personas migrantes: Mujeres hombres, niños y niñas que deben emprender un viaje, no sólo un viaje fuera de sus hogares, sino que parecen hacer un viaje en el tiempo en términos de humillación, rechazo discriminación y negación de su identidad y sus aspiraciones.