Portada
Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
El más corazonado
JORGE VALDÉS DÍAZ-VÉLEZ
¿Qué sería de nosotros sin Miguel?
ÓSCAR DE PABLO
Las voces y el viento
LUIS GARCÍA MONTERO
Perito en lunas
LUIS MARÍA MARINA
Eterna sombra
MIGUEL HERNÁNDEZ
¿Quién lee a Miguel Hernández?
MARTÍN LÓPEZ-VEGA
Dos poemas
Miguel Hernández en sus tres heridas
FRANCISCO JAVIER DÍEZ DE REVENGA
Llegó con tres heridas...
MIGUEL HERNÁNDEZ
Miguel Hernández, Joan Manuel Serrat: Serrat Hernández
JOCHY HERRERA
Columnas:
La Casa Sosegada
JAVIER SICILIA
Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA
Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA
Cinexcusas
LUIS TOVAR
Corporal
MANUEL STEPHENS
Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO
Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA
El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ
Cabezalcubo
JORGE MOCH
Directorio
Núm. anteriores
[email protected]
|
|
Volver a casa
No hay nada como volver a caminar las calles donde aprendiste a caminar. Las calles donde aprendieron tus pasos a decir el nombre de los árboles, los jardines, los mercados, algunas taquerías, tu propio nombre. No hay nada como estos pasos que caminan, otra vez, arrodillados de tanta distancia, la avenida 20 de Noviembre o la calle Francisco I. Madero, desconocidos pasos ante otros igualmente desconocidos, casi extranjeros, como las aguas que vienen del sur. Pero no hay nada como empezar inadvertido y luego ir, poco a poco, levantando una mano para ir reconociendo calles, árboles, jardines, mercados, algunas taquerías, tu propio nombre. Desde esta esquina de Madero y Gabino Barreda puedo ver, otra vez, los niños que juegan en la otra acera, pero también puedo ver al limpiabotas que, de un momento a otro, fija la vista en mí, me mira con la mano en visera como intentando saber si soy yo, el mismo de siempre, o tan sólo es, como de costumbre, mi pura sombra. |