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Presentación
Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA
El más corazonado
JORGE VALDÉS DÍAZ-VÉLEZ
¿Qué sería de nosotros sin Miguel?
ÓSCAR DE PABLO
Las voces y el viento
LUIS GARCÍA MONTERO
Perito en lunas
LUIS MARÍA MARINA
Eterna sombra
MIGUEL HERNÁNDEZ
¿Quién lee a Miguel Hernández?
MARTÍN LÓPEZ-VEGA
Dos poemas
Miguel Hernández en sus tres heridas
FRANCISCO JAVIER DÍEZ DE REVENGA
Llegó con tres heridas...
MIGUEL HERNÁNDEZ
Miguel Hernández, Joan Manuel Serrat: Serrat Hernández
JOCHY HERRERA
Columnas:
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Las Rayas de la Cebra
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JORGE MOCH
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Eterna sombra
Miguel Hernández
Yo que creí que la luz era mía
precipitado en la sombra me veo.
Ascua solar, sideral alegría
ígnea de espuma, de luz, de deseo.
Sangre ligera, redonda, granada:
raudo anhelar sin perfil ni penumbra.
Fuera, la luz en la luz sepultada.
Siento que sólo la sombra me alumbra.
Sólo la sombra. Sin astro. Sin cielo.
Seres. Volúmenes. Cuerpos tangibles
dentro del aire que no tiene vuelo,
dentro del árbol de los imposibles.
Cárdenos ceños, pasiones de luto.
Dientes sedientos de ser colorados.
Oscuridad del rencor absoluto.
Cuerpos lo mismo que pozos cegados.
Falta el espacio. Se ha hundido la risa.
Ya no es posible lanzarse a la altura.
El corazón quiere ser más de prisa
fuerza que ensancha la estrecha negrura.
Carne sin norte que va en oleada
hacia la noche siniestra, baldía.
¿Quién es el rayo de sol que la invada?
Busco. No encuentro ni rastro del día.
Sólo el fulgor de los puños cerrados,
el resplandor de los dientes que acechan.
Dientes y puños de todos los lados.
Más que las manos, los montes se estrechan.
Turbia es la lucha sin sed de mañana.
¡Qué lejanía de opacos latidos!
Soy una cárcel con una ventana
ante una gran soledad de rugidos.
Soy una abierta ventana que escucha.
por donde va tenebrosa la vida.
Pero hay un rayo de sol en la lucha
que siempre deja la sombra vencida. |
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