En el penal Neza-Bordo todo tiene un precio para los internos sin excepción: los residentes del módulo 3 –que aún no tienen sentencia– pagan una renta semanal de 250 pesos por derecho a celda, aseo personal y alimentación– a los integrantes de la banda de El Adrián. En caso de negarse son golpeados.
Aunque desde noviembre del año pasado apareció una manta en la que se denunciaron hechos de extorsión entre presos, la situación prevalece, aseguró un denunciante, quien al intentar hacer números pierde la cuenta de cuánto dinero ha pagado para evitar que su familiar sufra agresiones.
Bajo el anonimato, explicó que su familia vive en la angustia y pesar económico desde hace dos años. El día que ingresó su pariente, en el año 2019, éste fue advertido por otros reos sobre la cuota para cubrir sus necesidades básicas. Adicionalmente, en el lugar operan grupos que obligan a los internos a comprar comida y dulces, así como a pagar otras cuotas o rentas; por ejemplo, por el uso de mesas del comedor, cuando es día de visita.
El descanso nocturno también cuesta en estas celdas que llegan a estar habitadas hasta por 14 personas, depende de cuántas sean imputadas a proceso, liberadas o sentenciadas.
Usar un catre vale 4 mil pesos, por ello quienes no tienen suficientes recursos económicos duermen en el suelo.
A quienes muestran solvencia económica les va peor: “son seleccionados para recibir agresiones físicas y les hacen llamadas a sus familiares para que hagan depósitos de dinero a cambio de no hacerles más daño o asesinarlos”.
A lo anterior se suma que los custodios cobran cantidades que llegan a los mil pesos para no llevar a los reos, sin motivo, a la celda de castigo. También les solicitan 5 pesos diarios por “pase de lista” y 20 por dejar pasar en la aduana de visitantes El Barco, los objetos de aseo personal que les llevan sus allegados.
El nuevo sistema penal acusatorio del estado de México da prioridad a la presunción de inocencia para toda persona imputada; sin embargo, para quienes se le dicta la medida cautelar de prisión preventiva en este centro penitenciario, aquello es letra muerta, pues reciben el mismo trato y extorsión que la población sentenciada.