Málaga. El director colombiano, Henry Rincón, presentó en la tercera jornada del Festival de Cine de Málaga su segunda película, La ciudad de las fieras, una obra ambientada en la Colombia del conflicto social y la delincuencia que reivindica la música y el rap como alternativa a la violencia.
El director participó en una rueda de prensa virtual junto al actor Bryan Córdoba y la productora Ana María Mayo desde Medellín, Colombia.
Tato, de 17 años, es un huérfano sin rumbo y un joven amante del rap. En compañía de sus amigos, Pitu, de 18 años y la Crespa, de 16, busca resistir y encontrar una alternativa distinta a la violencia de su barrio, participando en batallas callejeras de improvisación.
Tras un altercado con pandilleros de su barrio, Tato debe huir y su única opción es vivir con Octavio, un abuelo floricultor al que no conoce y de quien desea heredar su tradición cultural campesina. Dos generaciones, dos modos de vida y una continua sensación de pérdida, muerte y soledad marcan la vida de Tato en su lucha por sobrevivir y encontrar su propia identidad.
Rincón señaló que La ciudad de las fieras es una historia que refleja “una realidad universal”, con la nostalgia como un elemento principal de la película. El director remarcó que los actores no son profesionales y eso aporta “una verdad a los personajes muy interesante”.
Córdoba, por su parte, habló de su experiencia en el rodaje: “Participar en esta película me hizo ampliar la mente e ir más allá”. Henry Rincón defendió que el actor cumplía todas las cualidades, a pesar de tratarse de su primer trabajo, y no sólo el aspecto físico, sino también el personal.
La película también responde una deuda que tenía el director con su abuelo. “Había una conversación pendiente con mi abuelo y por medio de esta película he intentado reflejar esas generaciones que parecen tan distantes, pero que al final están unidas por el amor”.
El contenido autobiográfico de La ciudad de las fieras responde a las vivencias del director en Colombia. “Siempre hemos vivido la violencia de cerca. Yo tengo amigos que tuvieron que huir del barrio o que los mataron. Hay una carga personal y sensible muy grande en la historia”, manifestó el colombiano.
Existe un claro elemento “salvador” de la violencia en la historia: la música y el rap. “La música es un personaje más que sirve para comunicar. Es una salida y un escape de la realidad. Las batallas de rap se han convertido en una forma de combatir la violencia y alejarse de la hostilidad”, señaló el director.
Por otro lado, Rincón reflexionó sobre el papel de “transformación” que aporta la cultura. “Cada día hay más películas que reflejan las vivencias personales. El cine se ha convertido en un elemento de transgresión que va en contra de lo culturalmente asentado en la sociedad”, expuso.
Ana María Mayo, que se estrena como productora con esta cinta, dijo que le generaba mucha curiosidad el tema musical y la intención de trabajar con actores no profesionales que aportan “verdad” de alguna forma a los personajes.
Para concluir la rueda de prensa, Henry Rincón analizó el concepto de “fieras” que da nombre a su película: “Los fieras somos a menudo nosotros mismos, y la gente que permite la violencia en la ciudad, en la calle. La violencia física, verbal y sicológica” y recalcó que La ciudad de los fieras es “una historia abierta e independiente que puede ser interpretada por cualquier persona”.