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Rescatan música mexicana de los siglos XX y XXI y le dan un toque versátil y divertido

El violinista Omar Guevara y el pianista Héctor Cruz graban el disco Acuarela

 
Periódico La Jornada
Jueves 4 de abril de 2024, p. 4

El disco Acuarela coloca una bisagra entre el siglo XX y XXI con música de compositores mexicanos, explica el violinista Omar Guevara, quien grabó junto con el pianista Héctor Cruz cinco temas inéditos.

Gracias a los sonidos de ambos instrumentos, se ofrece una recopilación de grandes hallazgos para renovar la identidad nacional con un sentido musical y pictórico que mira a su propio folclore; de esta manera hace constatar elementos culturales del último siglo.

Al conversar con este diario, el violinista explicó que el nombre de Acuarela se inspira por la técnica de pintura con sus variantes, cuadros que de pronto tienen colores fuertes o tenues; es la filosofía que se intentó imprimir al sonido, con una paleta amplia que refiere a la diversidad de géneros y apertura de lenguajes.

El proyecto es un descubrimiento, un trabajo de investigación, de recopilación y de rescate de la música mexicana. La importancia que doy a este disco es que son composiciones del siglo XX y el XXI. No es contemporáneo porque he buscado que sea versátil, ameno, divertido. Y las obras no se han grabado antes en el formato de violín y piano.

Rapsodia de la Guelaguetza, de Odette Tapia, revela identidad del violinista impulsor de esta nueva grabación discográfica, realizada en los estudios de Radio Educación y que comenzará en abril a circular en plataformas digitales. A lo largo de esta pieza que cierra el disco se conjuntan de manera continua cinco piezas tradicionales de Oaxaca, entre ellas Dios nunca muere, Naila y Flor de piña. Retrata a las danzas folclóricas por excelencia del estado que la transporta a una forma inusual por los instrumentos de violín y piano.

El oaxaqueño Omar Guevara Sánchez, también director artístico e integrante del cuarteto de cuerdas Carlos Chávez, celebra con este disco 32 años de carrera. Esta grabación la realizó en paralelo a su trabajo con la agrupación, haciendo un homenaje a la música mexicana y a su propia trayectoria como el primer violinista de corte académico de Oaxaca, lo cual es un orgullo personal. De esta manera, constituye otra bisagra entre sus proyectos personales y los del cuarteto, al que se unió hace 15 años.

La producción musical fue financiada por el Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales, un esquema de financiamiento a las artes de la Secretaría de Cultura federal en 2022. Aunque es un disco que lo tenía en la cabeza desde hace mucho tiempo.

Acuarela es el título de la composición que abre el disco, de Gerardo Meza Sánchez. Yo la arropo con mucho cariño porque con ella gané el concurso nacional de violín Hermilo Novelo en 2001, cuando todavía era un jovenzuelo. Desde entonces, surgió ese gusanito, pero nunca le di la voz.

También se hace un rescate de Juan F. Mora, quien firma así en la partitura, y que fue llevada al estudio con un arreglo de Higinio Ruvalcaba, un violinista de los años 50 y 60, un genio en toda la magnitud. La obra se encontró en la biblioteca personal de la hija menor del maestro Ruvalcaba, quien fue la que dio la licencia para este rescate.

En palabras de Guevara, la obra relata al México en aras del progresismo, estamos hablando de la época de oro del cine mexicano, de cuando Bellas Artes olía a nuevo todavía. Imaginen la importancia del momento histórico.

El álbum también incluye dos composiciones de Eduardo Gamboa, una bellísima basada en el poema Muerde mis labios, del escritor Alberto Ruy Sánchez, escrita originalmente para voz y piano, de carácter tenue, melódica y con sus misticismos nacionalistas, que nos transporta a un México más fortuna.

La segunda es Luna en agua, dedicada a Omar Guevara, “una obra completamente contrastante, con ritmos latinoamericanos, con algo de la música cubana y latinoamericana, también tintes andaluces. Muy alegre y digerible para todo tipo de público.

La gente se queda con la música que más se identifica, esa era la intención de hacer un disco diferente en su contexto para grabar y difundir a compositores mexicanos.