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Incesante flujo de extranjeros

Rebasado, el sistema de albergues para migrantes en México

Todos los días se enteran de nuevos secuestros masivos, por lo que muchos permanecen en la CDMX

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▲ Personas de distintas nacionalidades que se albergan en la Casa de Acogida, Formación y Empoderamiento para Mujeres y Familias Migrantes y Refugiadas, ubicada en la alcaldía Gustavo A. Madero, distribuyen algunos víveres que les fueron donados.Foto Luis Castillo
 
Periódico La Jornada
Jueves 25 de mayo de 2023, p. 5

El persistente flujo de migrantes que llega a la Ciudad de México ha provocado que los albergues se vean rebasados hasta seis veces en su capacidad. La Casa de Acogida, Formación y Empoderamiento para Mujeres y Familias Migrantes y Refugiadas (Cafemin), ubicada en la alcaldía Gustavo A. Madero, tiene espacio para 100 personas, pero ayer tenía albergadas a 640.

Ante esta situación, estos lugares de acogida están recibiendo donaciones en especie como alimentos, artículos de higiene personal y ropa para poder seguir operando.

En la Cafemin, el refugio más grande de la capital y que es gestionado por la sociedad civil, 90 por ciento de los albergados son familias que principalmente vienen del sur y que esperan su cita para solicitar refugio en la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), pero también hay otras que sólo quieren recuperar fuerza para seguir su camino rumbo a Estados Unidos.

Una de ellas es Angélica, venezolana, quien llegó al país el 17 de mayo pasado con su hija, sus dos nietas y un yerno. Compartió que está valorando la ruta a seguir pues apenas el martes otra de sus hijas, que adelantó el rumbo, fue secuestrada en Reynosa, Tamaulipas.

Estuvo 24 horas secuestrada, me llamó esta mañana (ayer) para avisarme que ya la habían liberado, tras pagar mil 300 dólares, dijo.

El que no paga no sale

Narró que el secuestro se dio en un camión que la trasladaba de Monterrey, Nuevo León, a Reynosa. Antes de llegar a la terminal detuvieron el autobús, un agente migratorio y ahí empezó todo. Se montaron unos presuntos policías y los llevaron a un sitio, en un cuarto metieron a todos y quien no paga no sale.

Por eso, declaró Angélica, estamos viendo qué vamos a hacer, porque ella dice que no me vaya por esa vía porque los camiones, la policía, todo es un cártel bien organizado, pero lo que nosotros queremos es llegar a Estados Unidos para solicitar asilo.

En la Cafemin, dirigida por la religiosa María Magdalena Silva, un lugar donde el tiempo transcurre un poco más lento, entre el correr de los niños y niñas en el patio, partidos de futbol, las llamadas a familiares y la búsqueda de un trabajo, James, haitiano, espera el día para su cita con la Comar.

Antes, estuvimos siete años en Chile. La cosa estaba mal, hay gente buena pero también mala. Un día cuando iba a trabajar un chileno me quería pegar sin ningún motivo y por eso nos fuimos.

Indicó que mientras se resuelve su solicitud de refugio, le gustaría encontrar un trabajo, pero aún no lo logra. Soy maestro de cerámica y de soldadura, dijo el joven de 24 años de edad.

Gabriel, haitiano, es el cocinero de este lugar, que tiene que preparar hasta aproximadamente 20 kilos de arroz para la comida. Desde hace un año llegó al país y ahora ya tiene la condición de refugiado.

Mencionó que sus cuatro hijos están en Haití y su objetivo es poder traerlos. Antes de vivir aquí estuve en Brasil, pero está muy lejos y el dinero que uno gana es muy poquito, en cambio en México sí creo que puede venir mi familia.