Opinión
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76 Festival de Cannes
El día de las decepciones
D

espués de toda la anticipación, el entusiasmo gene-rado por la publicidad y la propia cinefilia, más esperar de pie casi dos horas bajo la lluvia para poder entrar en orden a la función, no queda de otra que admitir que Killers of the Flower Moon ( Asesinos de Flower Moon) es una decepción. Cuesta trabajo decir algo así de un cineasta tan admirado como Martin Scorsese, pero sí resulta evidente que el relato no necesitaba de un tratamiento de casi tres horas y media.

Situada en la Oklahoma de los años 20, la historia trata en resumidas cuentas de las transas urdidas por un cacique criminal (Robert De Niro), que utiliza a su sobrino palurdo (Leonardo DiCaprio) para cometer asesinatos con el fin de despojar a los nativos americanos del condado de Osage de sus terrenos ricos en petróleo.

Si algo ha perdido Scorsese con la edad es su capacidad de síntesis. En realidad, uno no necesita saber con tanto detalle cada transa para concluir que el racismo y la criminalidad siempre han ido de la mano en la historia de los Estados Unidos. Sobre todo el principio de la película se siente farragoso y hasta confuso. El asunto mejora mucho cuando un agente de la FBI (Jesse Plemons) interviene e investiga los diferentes asesinatos, cometidos con torpeza.

Quedan para admirar la sobriedad y la solvencia clásicas del cineasta –si bien se extrañan sus audacias formales de antaño–, así como la fotografía del mexicano Rodrigo Prieto en su cuarta colaboración con Scorsese.

El otro estreno hollywoodense del día, este sí en competencia, fue el de May December ( Mayo diciembre), la más reciente realización del siempre interesante Todd Haynes. En ella, una actriz llamada Elizabeth Berry (Natalie Portman) se introduce al hogar formado por Gracie (Julianne Moore) y Joe (Charles Melton), pareja formada hace 20 años en el escándalo, pues él sólo tenía 13 años y ella 36. Resulta que una película se va a filmar sobre ese caso y Elizabeth va a interpretar a Gracie, por lo cual necesita investigar a la verdadera.

Había mucho potencial en esa historia para desarrollarla en varios niveles, como jugar con el tema del doble, la legitimidad del amor en una sociedad regida por el puritanismo o la diferencia entre cine y realidad… y uno tiene la impresión de que Haynes no lo ha aprovechado del todo. Cosa rara, pues a él se le deben exploraciones del melodrama tan inteligentes e incisivas como Lejos del cielo (2002) y Carol (2015). Desde luego, las actuaciones de Moore –su actriz predilecta– y Portman son impecables, aunque los personajes masculinos se antojan algo esquemáticos.

Todavía falta una semana de festival y los miembros de la prensa internacional ya muestran signos de fatiga de combate. Son demasiadas las funciones oficiales –sobre todo de películas que rebasan las tres horas de duración– y, dada la desorganización reinante en Cannes, la mayoría empiezan tarde, tras horas de espera a la intemperie. El sistema ya está rebasado, pero a nadie parece importarle.

Twitter: @walyder