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Penúltimatum

La Iglesia y los crímenes de la Conquista

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or siglos, España tuvo el 12 de octubre como su fiesta nacional para glorificar que en 1492 Cristóbal Colón puso pies en América y, con ello, iniciar la colonización lingüística y cultural del inmenso continente. El dictador Francisco Franco la cambió por el 18 de julio, para celebrar su rebelión armada contra la República, en 1936. Al restaurarse la democracia, el 12 de octubre ocupó nuevamente el lugar preferente en el calendario cívico, pero ese día también fue el inicio de un genocidio de las comunidades nativas, la imposición de una religión con la espada y la cruz y el saqueo de las inmensas riquezas que hallaron los españoles.

Durante la Conquista murieron entre 85 y 90 por ciento de los 100 millones de indígenas que vivían en América. La mayoría por epidemias, como el sarampión y la viruela, importadas por los europeos. Además, por la violencia contra las comunidades originarias y el comercio de esclavos.

Cuando el Papa Francisco pidió perdón a México por los pecados cometidos durante la evangelización del país, la derecha española se indignó y preguntó cómo un pontífice que habla español critique nuestro legado, que fue llevar el castellano y el catolicismo y, por tanto, la civilización y la libertad, al continente americano y liberar a las comunidades originarias, sometidas a un poder salvaje y caníbal. Esa derecha también se indignó cuando el gobierno mexicano pidió algo semejante. El gobierno español sólo se ha disculpado con la comunidad judía sefardí, expulsada de la península en el siglo XV.

Para enojo de esa ultraderecha que añora a Franco, el Vaticano acaba de renegar de la denominada Doctrina del Descubrimiento, que amparó la colonización de América y África, y repudió los muchos actos de maldad cometidos por cristianos contra indígenas. Agrega que es justo reconocer estos errores, los terribles efectos de las políticas de asimilación y el dolor experimentado por las poblaciones indígenas, así como pedir perdón, como ha hecho el papa Francisco. Varias bulas papales bendijeron la Conquista en nombre de Dios y para capturar y subyugar sarracenos y paganos.

Durante la visita de Francisco a Canadá, los indígenas le exigieron pedir perdón por los abusos que la Iglesia cometió contra ellos. Ahora, los obispos de ese país y de Estados Unidos expresan su satisfacción por la decisión del Vaticano. Con su silencio, los de México apoyan los crímenes de la Conquista.