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El mayor temor es equivocarse

Un visor debe ver el presente, futuro y potencial oculto del pelotero: Patrón

Si firmas a un chico, pero no juega, quedas mal con él, los padres, la institución y uno mismo, afirma

 
Periódico La Jornada
Miércoles 1º de marzo de 2023, p. a12

El scout o visor en el beisbol es un espectador privilegiado. Ve lo que nadie más puede, observa el presente, pero ante todo el futuro, el potencial de jóvenes muchas veces oculto por razones sociales o económicas, no sólo atléticas. Salvador Patrón, el ojo especializado de los Diablos Rojos del México, viaja por el país mirando a las promesas con la encomienda de conseguir-les un contrato en Estado Unidos. Este observador profesional relata su experiencia.

El mayor temor es equivocarse, confiesa Patrón; “que un chico sea firmado pero no juegue, porque entonces uno queda mal como scout. Primero con el chico que tiene una ilusión, luego la institución que nos contrata, después los padres, quienes confiaron, y al final con uno mismo”.

Hace un par de semanas firmó al joven pitcher Christian López con los Rojos de Cincinnati. El trabajo con los escarlatas de la Ciudad de México es lograr exportar el mayor número de peloteros egresados de la Academia Alfredo Harp Helú en Oaxaca. Un motivo de orgullo para Patrón.

Los visores acuden a los partidos de ligas infantiles y juveniles con ciertas herramientas para evaluar a los prospectos. Además de los ojos expertos y el archivo estadístico, cuentan con una tabla de average, el promedio que se espera de un jugador en su posición.

Es como una línea que debe cumplir un joven prospecto. Por encima es alguien a firmarse cuanto antes; muy por debajo, debe analizarse la razón y si tiene potencial para subir. En algunos casos es el tiempo que tarda en llegar a primera un bateador, si es diestro, un promedio diferente si es zurdo, porque en ese flanco se tiene un movimiento de ventaja para llegar a la almohadilla.

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▲ El pitcher Christian López y Salvador Patrón, quien hace unas semanas logró que el joven lanzador firmara con los Rojos de Cincinnati.Foto Diablos Rojos

Con los pitchers se requiere otra información y utilizan radares para conocer la velocidad de los lanzamientos; además observan toda la mecánica del lanzamiento pa-ra prever posibilidades de corrección o de lesiones.

Hubo una época en la que se apostó por la velocidad de los lanzadores, recuerda Patrón; “después de que se rebasó la velocidad de las 100 millas, en Grandes Ligas todos querían lanzadores de bolas más veloces. Pero eso ha cambiado, hoy prefieren pitchers que tengan más repertorio, que sepan sacar entradas y, sobre todo, que soporten la presión para no perder el control”.

El cubano Aroldis Chapman fue el serpentinero que rompió esa barrera de las 100 millas al lanzar 105.1 mph el 24 de octubre de 2010. Una década después esa velocidad se fue apagando y ahora los lanzadores tienen otras características más preciadas. Ese caso está presente en los scouts.

Por eso, además del ojo clínico, uno debe hacer caso a la corazonada. Confiar en chicos que tienen algo, puede aún no estar presente, pero que lo hace diferente a los demás y alcanzar niveles más altos, agrega Patrón.

Los peloteros infantiles y juveniles provienen de zonas populares y a veces no tienen una alimentación adecuada, es difícil saber si esa desventaja puede corregirse o si afectará en su desarrollo atlético, concluye.