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Autoridades denuncian supuestos fines políticos

Nulo acercamiento para hacer frente a la violencia en la Autónoma de Querétaro

Insisten estudiantes en renuncia de cuatro involucrados en agresiones

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▲ Pancartas con mensajes de protesta por la violencia interna tapizan la entrada principal de la Universidad Autónoma de Querétaro, que se encuentra en paro desde hace 10 días.Foto Mariana Chávez
Corresponsal
Periódico La Jornada
Lunes 10 de octubre de 2022, p. 30

Querétaro, Qro., Nadie quiere tomar clases con un acosador, un protocolo no asegura que no me maten, no hay excusa para encubrir al que abusa, la UAQ no me cuida, rectora, quiero una aliada todo el año, no sólo el 8 de marzo (Día Internacional de la Mujer), exponían en pancartas que cubren la entrada principal a las instalaciones de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), que se halla en paro desde hace 10 días.

Hasta este domingo no había acercamientos entre alumnos y autoridades universitarias en busca de acuerdos, luego de que las actividades cesaron en la casa de estudios el pasado 30 de septiembre, un día después de que estudiantes de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales se manifestaron para reprochar que la Unidad de Atención de Violencia de Género (UAVIG) fue omisa en brindar medidas cautelares adecuadas para proteger a una joven, acosada por un alumno que presuntamente ingresaba a la UAQ portando un arma de fuego.

La inconformidad se extendió a otras facultades y campus ubicados en distintos puntos de la entidad, que los estudiantes tomaron para denunciar múltiples casos de abusos, acoso, hostigamiento y violencia de género cometidos en la UAQ, sin que las autoridades universitarias impongan sanciones, y exigir una institución educativa segura.

Los alumnos demandan la renuncia del abogado general de la UAQ, Gonzalo Martínez García; del coordinador de la Escuela de Bachilleres, plantel Concá (en la Sierra Gorda del estado), Fernando Rocha Mier; de Juan Joel Mosqueda Gualito, profesor de la Facultad de Ciencias Naturales y coordinador del desarrollo de una vacuna contra SARS-CoV-2, y del contralor Alejandro Ramírez Reséndiz. Todos son acusados de incurrir en abuso de poder, manipulación, persecución estudiantil y académica, acoso, extorsión y agresión sexual.

Entre los 28 puntos del pliego petitorio que los inconformes dieron a conocer en sus redes sociales el sábado anterior, figuran la revisión del estatuto orgánico de la UAQ, para que la violencia de género y contra diversidades y disidencias sexuales sea catalogada como conducta grave; reformar la legislación universitaria para incorporar medidas de protección contra violencia de género según estándares nacionales e internacionales, y atención inmediata a denuncias interpuestas ante la UAVIG.

También se solicita crear en la UAQ una secretaría de género, diversidades y disidencias sexuales que genere acciones de prevención y observación, además de implementar en todas las facultades de la UAQ una unidad de género que brinde capacitación obligatoria para personal docente, administrativo y estudiantes.

Se demanda que cada facultad tenga un enlace con la UAVIG y actualizar el protocolo de atención e intervención en casos de violencia de género, así como redefinir las diversidades y disidencias sexuales. Los alumnos exigen también la creación de un comité de arbitraje ajeno a la UAQ, que resuelva casos de violencia imparcialmente y que el estupro sea considerado una falta en la legislación interna de la universidad, al igual que los distintos tipos de violencia, acoso, hostigamiento y abuso sexual.

Otra petición es que la rectora Margarita Teresa de Jesús García Gasca reconozca su responsabilidad y ofrezca en un video público una disculpa por negligencia, revictimización y encubrimiento de casos reportados a la UAVIG. Los alumnos piden que no se ejerza represión en su contra por participar en el paro y advirtieron que mantendrán su protesta hasta que se atiendan sus reclamos.

Autoridades universitarias dijeron a su vez que no lograron acercarse a los paristas. Recordaron que el 29 de septiembre pasado tuvieron una mesa de diálogo con los inconformes y acordaron reunirse de nuevo al día siguiente para informar sobre la suspensión provisional del estudiante acusado de acosar a una compañera suya, mientras se realizaban las investigaciones correspondientes, y conformar una mesa de trabajo para reformar el protocolo de actuación e intervención ante violencia de género.

En la reunión del viernes 30 con rectoría, directores de facultades y de la Escuela de Bachilleres, los alumnos expresaron sus inconformidades y determinaron integrar una comisión redactora conformada por alumnos y autoridades universitarias en materia de género para elaborar un pliego petitorio y atender las demandas.

El 6 de octubre, los paristas anunciaron que darían a conocer su pliego petitorio el sábado, pero el viernes afirmaron que no lo presentarían formalmente hasta que renunciaran los cuatro acusados de abusos y violencia.

Ante el condicionamiento de los paristas para entregar su pliego petitorio de manera formal a las autoridades de la UAQ, éstas consideraron que tal exigencia rompía con el espíritu de la demanda original, en tanto responde a intereses francamente políticos, y que no sabían con certeza quiénes eran los interlocutores del movimiento.

Ayer la rectora de la UAQ García Gasca pidió a la comunidad universitaria cerrar filas ante cualquier intromisión en esta causa legítima y dijo estar dispuesta al diálogo para llegar acuerdos con los estudiantes en paro, luego de que los inconformes expulsaron a cuatro elementos de seguridad interna por considerar que filtraban a sus jefes inmediatos fotografías de jóvenes manifestantes sin las capuchas que han portado durante la protesta para evitar estar expuestos a represalias.

Asimismo, alumnos informaron haber localizado material pornográfico en teléfonos celulares del personal de seguridad interna, bebidas alcohólicas en vehículos y casetas de vigilancia, y que un guardia agredió verbalmente y con señas a estudiantes que investigaban sobre la filtración de fotografías.

Consideraron que esto restaba importancia a su movimiento, perpetuando así conductas machistas, misóginas, y sexistas, lo que confirmaría que la UAQ carece de protocolos para actuar en situación de riesgo. Autoridades universitarias anunciaron que investigarán las quejas de los paristas, para determinar responsabilidades.