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Enterrar al neoliberalismo // Desmantelarlo, prioridad // Alemania muerde el polvo

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▲ El presidente Andrés Manuel López Obrador, ayer, durante la conferencia matutina en el salón Tesorería de Palacio Nacional.Foto Cristina Rodríguez
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a sido importantísimo el trabajo realizado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador para desmantelar el régimen neoliberal, lo que hasta hace unos pocos años fue una empresa privada (con bienes de la nación usufructuados por el selecto grupo de barones fundado en el salinato, conocido como minoría rapaz) y recuperar el país que pertenece a todos los mexicanos. Falta camino por recorrer, sin duda, pero en vías de desaparecer está ese consorcio particular denominado México, sociedad anónima, que a lo largo de muchas décadas ha exprimido a una república que no es de su propiedad, aunque así lo crean.

Pero hay trabajo por delante para alcanzar el objetivo prioritario, que no es otro que terminar de desmontar todo el aparato neoliberal o neoporfirista que se creó en el transcurso de 36 años, como ayer mencionó el propio mandatario mexicano. ¿Cómo avanzar?, se preguntó. Con reformas constitucionales, que son esenciales, y pensar en que vienen otros gobiernos y debe haber continuidad con cambio, esto es, consolidar la transformación, porque fue mucho tiempo (más de tres décadas y media) y quedan pendientes por resolver.

Es un entramado que hay que derruir, una enorme telaraña de reformas estructurales, leyes, decretos, reglamentos, acuerdos, organismos autónomos y pandillas, aderezado con corrupción y con un fin concreto (fortalecer al grupo de barones y políticos asociados), que poco a poco se ha ido desarticulando, pero es un trabajo que aún no concluye. Como dice López Obrador: estamos padeciendo todavía estos aparatos que se crearon durante el periodo neoliberal, andamiaje de organismos autónomos, fachadas que sirvieron para justificar el robo, el saqueo de bienes nacionales por mucho tiempo.

De ahí la necesidad de que el trabajo no quede trunco, que siga el esfuerzo y el proceso de recuperación nacional, de borrar del mapa cualquier vestigio neoliberal. Ya nosotros, en lo que a mí corresponde como Presidente, en el tiempo que nos queda, ya va a ser muy difícil, pero son procesos que deben continuarse, no dejar de denunciarlos, porque eso es muy importante, y en su momento llevar a cabo reformas para que esto cambie.

Entonces, dice el mandatario, va a llevar tiempo, pero lo importante es que ya comenzó el proceso de transformación y hay una revolución de las conciencias, pues mucha gente está participando para que las cosas verdaderamente cambien. Eso es también lo que lleva al coraje a las minorías, que antes dominaban y eran los dueños de México, o así se sentían, y fueron los que crearon todo ese andamiaje. Hay muchas cosas que faltan, pero se ha ido avanzando y vamos a dejar muy reformado al país; sin embargo, hace falta seguir adelante, seguir transformando y consolidando lo logrado. Y no hay que dejar de denunciar todas estas arbitrariedades y transparentarlas, con un buen debate sobre lo que está sucediendo en el país, cómo se está cambiando esta realidad, y espero que sigamos avanzando en ese sentido.

De cereza, el mandatario recordó organismos que fueron creados (INAI, INE, Cofece y muchos más) para proceder en estricto sentido contrario a los objetivos planteados. Pero, dice, no hay que desaparecerlos; sencillamente hay que buscar que se dediquen a cumplir con su función, que no estén al servicio de un grupo, de una minoría, y que no se conviertan también en órganos de represión a ciudadanos.

Las rebanadas del pastel

Alemania, potencia económica de Europa, muerde el polvo por el racionamiento de gas, resultado de sus sanciones a Rusia. Y el efecto búmeran pinta para peor, porque ya viene el invierno y la fichas no dejarán de caer.