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En tributo póstumo, evocan la pasión y el talento de la primera actriz Adriana Roel
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▲ La ceremonia se realizó en la sede de la CNT. Colegas, amigos y familiares la recordaron con cariño y humor.Foto María Luisa Severiano
 
Periódico La Jornada
Domingo 11 de septiembre de 2022, p. 5

Durante el homenaje póstumo que se rindió a la primera actriz Adriana Roel (1934-2022), en el teatro sede de la Compañía Nacional de Teatro (CNT), se aclaró que la reconocida actriz, quien estuvo activa por más de 60 años, nació el 4 de julio de 1934, y no el 5 de julio; no nació en Monterrey, sino en la Ciudad de México, y creció en la colonia Clavería, en Azcapotzalco. De tal manera que Adriana Roel era chilanga.

La noche de este viernes, durante el homenaje póstumo a Adriana Roel –fallecida el pasado 4 de agosto–, en la sala Héctor Mendoza, en Coyoacán, se le recordó con cariño y humor, entre divertidas anécdotas. Se destacaron su energía, talento, disciplina, generosidad y pasión por su trabajo, que abarcó teatro, cine y televisión.

La titular de la CNT, Aurora Cano; el actor Luis Rábago; el director y dramaturgo Benjamín Cann; Verónica Boneta, sobrina de la actriz, y Luz María Meza, amiga de la también directora por más de cuatro décadas, se refirieron a los primeros estudios de la reconocida actriz, quien fue “educada en México por los mejores directores de la época, como Seki Sano, Salvador Novo y Fernando Wagner; en Francia estudió con Jacques Lecoq, y tuvo el mejor maestro de comedia que alguien puede tener, al actor Germán Valdés Tin Tan”.

Cano recordó que el talento y belleza de la joven Adriana Roel “fue evidente desde sus inicios como estudiante, y sus maestros de inmediato la llamaron a trabajar en los escenarios. Destacó también que durante su larga trayectoria Roel fue una actriz multipremiada.

Entre las cuestiones curiosas, Rábago se refirió a que Adriana Roel no se llama Adriana Roel, su nombre real es compuesto: Rosamaría Gorbea Osorio, que por cierto odiaba, por cómo sonaba, su apellido de Gorbea. Además, de acuerdo con información directa de los familiares, corrigió su fecha y lugar de nacimiento.

Rábago también recordó la accidental, espontánea y divertida situación por la que la actriz adoptaría el nombre artístico de Adriana Roel, por lo que se llegaría a creer que era hermana del cantante César Costa. “Su maestro Fernando Warner le dijo en cierta ocasión: ‘O te cambias ese nombre horrible (Rosamaría Gorbea) o no te pongo en los programas’. De ahí que se pusiera Adriana”.

Roel lo tomó de un sobre, de una invitación a una amiga, que estaba sobre el escritorio de su tía. Esa invitación a la amiga llevaba el nombre de Josefina Roel, quien sí es mamá de César Costa. Adriana vio el sobre mientras le estaban haciendo una entrevista telefónica y le preguntaron sobre su apellido, entonces contestó que era Roel.

Musa de dramaturgos

Durante el homenaje se evocó también su sencillez, sus inigualables experiencias e inmensa curiosidad, y haber sido musa de algunos dramaturgos, quienes escribieron obras inspirados en su talento, como Hugo Argüelles, quien escribió La boda negra de las alacranas, o Benjamín Cann, quien creó la obra Rita Julia.

Cann recordó la afectuosa y estrecha amistad que tuvo con la maestra Roel. Evocó el día en que ambos lloraron juntos porque no llegó ni una sola persona al estreno de una de sus obras, hasta que al otro día se enteraron que habían matado al candidato a la presidencia Luis Donaldo Colosio.

Verónica Boneta, sobrina de la actriz, y Luz María Meza, amiga de la Roela por más de 40 años, también recordaron lo que fue vivir y convivir con la primera actriz, a quien le gustaba ser muy puntual y rigurosa con sus alumnos, aunque en ocasiones, en su vida diaria, era medio despistada

Adriana Roel fue admirable como mujer y como actriz. En su trabajo siempre ofreció la mejor versión de sí misma, destacó su sobrina.

Al final, a lo que más temía era a la pérdida de la memoria. En cierta ocasión olvidó que era actriz. Cuando se dio cuenta de ese olvido fue el momento en que se fue.

El homenaje a la actriz, y también directora, productora y maestra, concluyó con un minuto de aplausos en reconocimiento a su vida y trayectoria.