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Culebra de nubes
E

s el significado de la palabra Mixcoac, en náhuatl, importante asentamiento prehispánico que tras la llegada de los españoles se convirtió en una villa en las afueras de la vieja Ciudad de México, la cual se levantó sobre las ruinas de México Tenochtitlan y que abarcaba lo que ahora llamamos Centro Histórico.

A principios del siglo XVI, Mixcoac estuvo bajo el dominio del señorío de Coyoacán. Tras la Conquista se lo adjudicó Hernán Cortés y después de la llegada de los franciscanos pasó a la orden de Santo Domingo de Guzmán. A lo largo de los siglos perteneció a distintas municipalidades. Un tiempo a Cuajimalpa, otro a Coyoacán y por último a Tacubaya, para finalmente formar parte de la alcaldía Benito Juárez.

En la segunda mitad del siglo XIX se desarrolló como lugar de veraneo de las familias opulentas que vivían en la Ciudad de México, quienes construyeron magníficas casonas con generosas huertas perfumadas por el aroma de perales, membrillos, limoneros, capulines, naranjos, huele de noche, magnolias y demás flora que crecía con profusión en las fértiles tierras bien cuidadas.

Una de esas mansiones todavía se conserva y alberga una institución relevante, cuyo propósito es impulsar la literatura entre niños y jóvenes con el fin de fomentar la lectura en nuestro país. En 1979 se fundó la Asociación Mexicana para el Fomento del Libro Infantil y Juvenil, AC, que en 2008 se renombró como Asociación para Leer, Escuchar, Escribir y Recrear, AC, mejor conocida como IBBY México.

Se afiliaron a IBBY internacional, un colectivo compuesto por 81 secciones a escala mundial que están comprometidas con la importancia de propiciar el encuentro entre los libros y la infancia.

En sus primeros años laboró en lugares compartidos con otras instituciones, hasta que en l983 rentaron un pequeño departamento que durante casi 30 años albergó la biblioteca y dio lugar a proyectos que con el tiempo fueron creciendo. En 2012, y gracias a la generosidad de la Fundación Alfredo Harp Helú, se trasladó a la Casa de la Araucaria, ubicada en Goya 54, en la colonia Mixcoac.

La bella mansión, catalogada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia por su valor patrimonial, se convirtió en la sede de la Biblioteca BS IBBY México, con el nombre de Biblioteca Santiago, en homenaje a la del mismo nombre que sus benefactores abrieron en 2007 en la ciudad de Oaxaca.

Con el objetivo de promover a los creadores mexicanos de libros para niños y jóvenes, lanzaron el premio Antonio Robles, en el cual participaron muchos ilustradores y autores cuya trayectoria ha trascendido en el tiempo. Otro proyecto destacado fue la creación, en 1981, de la primera Feria Internacional del Libro Infantil y juvenil (FILIJ), que actualmente está a cargo de la Secretaría de Cultura y que se ha convertido en la más importante en su género.

La casona construida por el afamado Antonio Rivas Mercado tiene en el frente una amplia terraza que alberga a Amelia, que es un encantador restaurante con una carta sencilla compuesta por ensaladas, sándwiches, bebidas calientes y aguas frescas, La vitrina muestra tres o cuatro pasteles y una quiche (distinta siempre) que se hornean en casa; además, tiene una barra de galletas, panqués y roscas. Otro atractivo es que ahí mismo la biblioteca IBBY tiene la librería La Voltereta, especializada en ejemplares para niños.

Continuamos nuestro paseo por la calle Goya, que comienza en una lucidora semiglorieta enjardinada, para visitar una de las construcciones más antiguas, que es la del antiguo convento y parroquia de Santo Domingo de Guzmán, que se encuentra frente la plaza Agustín Jáuregui. La construyó en 1595 la orden franciscana sobre un templo prehispánico y en 1608 pasó a manos de los dominicos. Su estilo recuerda al de una fortaleza, común entre los templos franciscanos del siglo XVI. El atrio se ha convertido en un agradable y bonito jardín.

La sencilla fachada refleja la austeridad franciscana de esos primeros tiempos, nada qué ver con los suntuosos templos barrocos que levantaron en el siglo XVIII, como los que lucía el famoso convento grande de San Francisco, del que aún quedan hermosos vestigios en el Centro Histórico.

Siempre se descubren lugares llenos de historia en los paseos por el viejo Mixcoac.