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Desde otras ciudades

Soplan vientos de renovación en la gastronomía palestina

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▲ Un cocinero se dispone a servir platos de habas y falafel en un restaurante de la Ciudad Vieja de Jerusalén; los palestinos están marcando nuevas tendencias en la cocina sin renunciar a sus tradiciones.Foto Afp
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esde los callejones milenarios de la Ciudad Vieja de Jerusalén hasta las cocinas de los locales de moda en el extranjero, un viento de renovación sopla sobre la gastronomía palestina, que sin alejarse de sus tradiciones ancestrales empieza a cosechar un gran éxito.

Por la puerta principal de Taboon se escapa el aroma del pan horneado en el tradicional horno de terracota, que cosquillea en las fosas nasales de los gourmets que acuden en masa a este bistró en el barrio cristiano del casco antiguo de Jerusalén.

En el menú hay algunas focaccias italianas, pero, sobre todo, platos locales: berenjenas cubiertas generosamente con tahini (crema de sésamo) y granada, manushe con zaatar (pan plano similar a la pizza sazonado con la tradicional especia levantina a base de sésamo y tomillo) o lehmeyun, pizza armenia con carne picada.

Todos, platos locales típicos y populares que se venden como rosquillas, subraya el propietario del establecimiento, Nassar Odeh, entrevistado por Afp en julio.

La escena culinaria local está cambiando para mejor, cree Odeh. Muchos palestinos están ansiosos por promover su cocina, muy lejos de los restaurantes de la Ciudad Vieja que a menudo se especializan en un solo tipo de plato, como falafel o shawarma.

Al abrir Taboon el año pasado en lo que era la tienda de souvenirs familiar, Odeh pretendía dar a conocer los productos palestinos.

Es extremadamente importante, porque enfatiza la presencia y el espíritu empresarial palestino. Deberíamos estar orgullosos de nuestros productos, asegura.

En este restaurante de decoración moderna y un bar con piedra vista también se ofrecen vinos y cervezas de la Cisjordania ocupada.

Para Dalia Dahdoub, gerente de Taboon y propietaria de otros bares en Belén y Jericó, también se trata de cocinar productos que la gente no conoce de la huerta palestina. Así, su menú se verá pronto enriquecido con berenjenas de Battir, cerca de Belén, nombrada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, y tomates de Gaza, enclave bajo bloqueo israelí del que sólo está autorizada la salida de algunos productos agrícolas.

Cuando vienen de Gaza, son muy rojos y saben mejor, asegura Dahdoub.

Los establecimientos palestinos de moda se han extendido recientemente, tanto dentro de la Ciudad Vieja como en el distrito palestino de Sheikh Jarrah, en el sector oriental ocupado y anexado por Israel, e incluso en Ramalá, en Cisjordania.

Es un gran comienzo, sólo estamos al principio, se entusiasma Izzeldin Bukhari, que organiza clases de cocina y visitas guiadas sobre la gastronomía local. Todo el mundo estaba haciendo más o menos lo mismo, pero últimamente he visto gente lanzando nuevas ideas, dice a la Afp.

Afp