La cultura es un arcoíris de la conciencia humana. No importa cómo sea el paisaje, bien o devastado, el arcoíris lo transfigura todo, afirma el artista suizo-mexicano Roger von Gunten (Zúrich, 1933). Dice que no pinta mucho en la actualidad porque la situación me tiene mal. Es horrible lo que pasa en el mundo. Hay algo que se estropeó, o se estropea, con las pandemias y las grandes potencias que hablan de guerra cuando más bien se trata de autodestrucción. De todos modos aplico color sobre una superficie. Concibo la pintura como un oficio y aplicarla es el oficio del oficio.

Von Gunten exhibe 21 obras (18 pinturas y tres dibujos), de diferentes épocas, en la galería Óscar Román. La más reciente es el acrílico Tres flores (2021), mientras la más temprana es Muerte con fantasma (1989), tinta y acrílico sobre papel. El artista seleccionó las piezas con el objeto de mostrar lo más nuevo de su producción. Las pinturas son inéditas, aunque los dibujos no.

Comparte la exposición Dos ejes del ver con el pintor Armando Brito (Cuernavaca, 1956), quien creció en Guerrero. Para Von Gunten, arraigado en Tepoztlán, Brito tiene sus raíces en un arte que descubrí cuando llegué a México en 1957, y conocí al pintor Alfonso Michel en Manzanillo.

Estructuras visuales sonoras

En estos cuadros ya no hay figuración. Quería prescindir del contorno, no hacer figuras con una línea alrededor llena de color, sino reducir estructuras con constelaciones; es decir, elementos pequeños. Parecen explosiones de diferentes colores; sin embargo, Von Gunten los ve como estructuras visuales sonoras. Entrevistado, recuerda que en su país natal estudió música al mismo tiempo que pintura, no obstante su maestro le dijo que no tenía vocación para la primera; un golpe muy duro en su momento. La música siempre ha sido relevante en mi vida, por eso he hecho explosivas las estructuras visuales sonoras.

▲ La cultura es un arcoíris de la conciencia humana. No importa cómo sea el paisaje, el arcoíris lo transfigura todo, expresó Von Gunten en entrevista con La Jornada. Arriba, Corrientes buenas y corrientes adversas (2010).Foto cortesía del artista

Para el entrevistado, el contenido de los cuadros de un artista es parte de la mitología personal; es decir, tiene que ver con su pasado y lo que le ocurre en el presente. Gran colorista, Von Gunten relaciona el color también con lo mitológico: “La música tiene melodía, armonía y ritmo; la pintura, color, forma y, algo que me importa, la factura o el movimiento de la mano.

“Eso pienso cuando trazo un entorno y veo cómo lo lleno. Eso va contra la naturaleza expansiva del color que se extiende hasta que topa con otro color y diga: ‘aquí empiezo yo’.”

–Al pintar, ¿con qué comienza?

–Con un elemento, luego otro y un tercero. Al pintar, siento que en cuatro esquinas, o lados de una tela, el triángulo produce un efecto siempre inquietante, no equilibrado, que permite a uno seguir hasta que diga: ‘ya no puedo decir más’, sin que sea demasiado repetitivo. Porque hay que pensar también la frescura de una pintura, no la vitalidad”, señala.

En febrero pasado, el artista expuso más de un centenar de obras, con el título Sirénades, en el Instituto Cultural de la embajada de México en París. Realizó el cuadro La ventura del más allá para la muestra Carlos Monsiváis y Juan García Ponce: Vasos comunicantes en el arte y la literatura, en el Museo del Estanquillo. Fue un homenaje a la capacidad de García Ponce de asimilar la pintura, no de verla ni de describirla, sino de escribir con ella.

Dos ejes del ver concluye hoy su exhibición en la galería Óscar Román, ubicada en Julio Verne 14, colonia Polanco, Ciudad de México.