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Penultimátum

Celia, la cubana más universal

R

osa Marquetti es fuente inagotable de sabiduría sobre la cultura y la música afrocaribeña. Buena parte la divulga en su blog, Desmemoriados. De la licenciada en filología por la Universidad de la Habana, en 2018 comentamos aquí su libro Chano Pozo: La vida (1915-1948), donde narra el aporte del extraordinario bongocero a la cultura musical de Cuba y al jazz; su éxito en Estados Unidos y Europa, y su lamentable muerte en Nueva York. Desde hace años, Marquetti aborda en su blog y en otros medios la carrera de Celia Cruz, la artista cubana más universal. De ella se han escrito varios libros biográficos o pasajes de su vida. No siempre con la precisión y rigor debidos.

Faltaba contar la verdadera historia del medio en el que labró su fama en su país. Lo logra espléndidamente Marquetti en su reciente y voluminoso libro: Celia en Cuba: 1930-1962. Editado en Estados Unidos, lo distribuye Amazon a precio muy razonable y sin cobrar el envío.

En el libro la vemos crecer año con año desde un medio social humilde y enfrentando todo tipo de prejuicios, hasta convertirse en símbolo de la cultura musical de América Latina. Marquetti la ubica en el centro de la época de oro del espectáculo en Cuba, cuando orquestas, compositores y cantantes brillan en la radio, los teatros de revistas, los cabarets, el cine, la televisión. Y traspasan fronteras.

Notable, la consulta exhaustiva que Rosa hizo en la prensa de la época de varios países donde ella actuó, y en los libros de autores diversos; en entrevistas y testimonios de Celia y de quienes vivieron esa etapa gloriosa. O llevaron amistad con la diva en su exilio.

En el libro, de lectura obligada para los amantes de la música y la guarachera sin par, se detalla la presencia de la multifacética artista en nuestro país. Llegó por primera vez en 1948 como integrante de las fabulosas Mulatas de Fuego, para participar en la clásica película Salón México, y en un teatro de revista, el Follies.

Marquetti No elude tocar los problemas políticos que tuvo la diva en su país. Como cereza del pastel, incluye en anexos todas las grabaciones que hizo en la radio y las compañías de discos de la isla, las principales orquestas con las que cantó, su filmografía y algunos de los premios que allí obtuvo. Además, 69 espléndidas fotografías y varios documentos inéditos.

El absurdo: la más reconocida y admirada de las cantantes de Cuba, sigue proscrita en su tierra por el gobierno.