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¿La fiesta en paz?

Curro Rivera, ¡presente! // En Apizaco, Piedras Negras y De Haro para la despedida de Jerónimo // Autoridades desquehaceradas acatan instrucciones

L

uego de reiterados triunfos en todas las plazas del orbe, de salir en dos ocasiones por la Puerta Grande de Las Ventas de Madrid, una de ellas cortando cuatro orejas a toros de Atanasio Fernández, el 22 de mayo de 1972 (la misma tarde en que un acomplejado juez le soltara un rabo de consolación a Palomo Linares), de alternar con y superar a los mejores del mundo, de inmortalizar innumerables toros, de aprender de su padre, de distanciarse de él y luego reconciliarse, de enamorarse, casarse y divorciarse, y de repartirse el pastel de la fiesta brava de México por casi dos décadas al lado de Manolo Martínez y Eloy Cavazos, el martes 23 de enero de 2001 Curro Rivera, toreando una vaquilla en la plaza de tienta de su ganadería, la misma donde había recibido sus primeras lecciones de tauromaquia, al dar un derechazo dejó de sentir el sol y de obsesionarse por los triunfos y de preocuparse por su anhelada reaparición en los ruedos, al desvanecerse para siempre en la postrer la faena de su impetuosa existencia.

El próximo sábado 4 de junio en la Monumental Rodolfo Rodríguez El Pana, de Apizaco, se llevará a cabo, por vigésima ocasión, la tradicional corrida de toros que organiza la Unión de Periodistas del Estado de Tlaxcala. El presidente de ésta, Moisés Morales del Razo, y su mesa directiva, conformaron un cartel de verdadero lujo con un mano a mano de ganaderías que se distinguen por conservar un encaste diferente a las convencionales: la legendaria Piedras Negras y la emblemática De Haro, dos dehesas tlaxcaltecas de ganaderos escrupulosos que anteponen la ética y la pasión por la crianza del toro bravo: Marco Antonio González y Antonio De Haro.

A la importancia de las reses se añade el incopiable sentimiento mexicano de Jerónimo en su campaña de despedida por los cosos que lo han visto triunfar, Apizaco entre ellos, una de las plazas donde el torero de tan singular expresión cuenta con el gran cariño de la afición de la ciudad rielera. Completan el cartel el carismático hidrocálido Arturo Macías El Cejas, triunfador en cuanta plaza se presenta, y el joven torero de Tlaxco, Gerardo Rivera. Enhorabuena entonces a la Unión de Periodistas del Estado de Tlaxcala, que con este cartel de tan altos vuelos se anota un nuevo éxito. Si hace tiempo que usted no experimenta la emoción que produce la auténtica bravura, no se pierda de tan extraordinario festejo. ¡Mucha suerte para todos!

Pero mientras unos trabajan con esfuerzo, tenacidad y compromiso por preservar la mejor tradición taurina de México, otros, disfrazados de compasivos falsos y acatando con docilidad −y simultaneidad− las órdenes de los promotores del pensamiento único y del Consenso de Washington, se avientan como el Borras a querer prohibir, por enésima vez, la fiesta de los toros en el país y, aprovechando el improvisado viaje, las peleas de gallos y la charrería porque se maltrata a los animales que en estas funciones intervienen. Del maltrato a los seres humanos no se ocupa nadie, excepto de palabra.

Desquehacerado no aparece en los diccionarios pero significa el que se pretende sin quehacer o desatiende un quehacer previamente aceptado, así que el gobernador protector de mascotas de Nuevo León, Samuel García Sepúlveda, y el juez primero de distrito en materia administrativa, Jonathan Bass Herrera, mejor harán en ocuparse de prioridades por las que cobran un salario que en hacerle el juego a justicieros confundidos y manipulados. Las injusticias reales están en sus narices, no se hagan.