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Colonia con encanto
A

un costado del Bosque de Chapultepec, entre algunas de las avenidas más importantes de la ciudad: Mariano Escobedo, Ejército Nacional, Marina Nacional, Circuito Interior y Paseo de la Reforma, se encuentra una de las pequeñas colonias con más encanto.

Se desarrolló a principios de los años 20 del siglo XX, sobre el antiguo rancho de Anzures, que era propiedad del señor Salvador Malo. La urbanización la realizó la London-based Central Mining & Investment Company, que adquirió los terrenos de la hacienda para fraccionar y vender lotes, junto con S. Pearson and Sons. En 1912 se creó la Anzures Land Company, propiedad del inglés Weetman D. Pearson, vizconde de Cowdray.

El origen de los patrocinadores llevó a que una de las primeras construcciones fuera el Sanatorio Cowdray, que se inauguró en noviembre de 1923; en 1941 se convirtió en el Hospital ABC, que en los años 60 se trasladó a la avenida Observatorio y en su lugar se construyó el hotel Camino Real, obra icónica del arquitecto Ricardo Legorreta, que aún permanece en la calzada Mariano Escobedo.

La ubicación de la colonia Anzures es inigualable, pues se encuentra justo enfrente del Bosque de Chapultepec, el gran pulmón de la ciudad y sitio fundamental de esparcimiento y cultura; colinda con Polanco, Cuauhtémoc, Anáhuac y Granada, primera sección de Chapultepec y a tiro de piedra de la Condesa, Roma y Juárez.

La Anzures conserva la memoria de algunos de los ríos que cruzaban la fértil zona que originalmente fue propiedad de Isabel de Moctezuma (Tecuichpo, hija del gran tlatoani mexica). En Darwin, una de las avenidas más importantes, se advierte el trazo ondulante del río de los Morales; su cauce se unía hacia el oriente al de San Joaquín en un punto conocido como La Playa, para formar el río del Consulado.

La colonia conserva estilos arquitectónicos que caracterizaron la primera mitad del siglo XX. Uno de los pioneros fue el colonial californiano, del cual sobreviven varios ejemplos que sobresalen por su tamaño, que en algunos casos alcanzan una manzana completa, y por los elaborados detalles de cantera labrada en sus fachadas.

También hay muestras de la corriente llamada Streamline Moderne, que se singulariza por un diseño aerodinámico que en ocasiones recuerda el de los grandes barcos. Asimismo, hay huellas del Movimiento Moderno y algunos templos como el de Cristo Rey y Santa Mónica, en la calle Leibnitz, diseñado por Mario Pani en 1947.

Al paso del tiempo, la colonia se extendió hacia el norte y nació la Verónica Anzures, cuya nomenclatura recuerda diversas bahías del continente americano. El sitio emblemático de la zona es la Torre Ejecutiva de Petróleos Mexicanos, que fue la más alta de la capital durante casi 20 años y actualmente tiene el cuarto lugar; el proyecto fue obra del talentoso arquitecto Pedro Moctezuma, e incluía la creación de una explanada sobre la avenida Marina Nacional que nunca se realizó.

Famoso en el rumbo fue el Colegio Franco Inglés, que empezó sus actividades en 1912 y por un tiempo fue la sede del Liceo Franco Mexicano. Los jardines y pabellones de la institución educativa que formó muchas generaciones de jóvenes valiosos que colaboraron al progreso de México, quedan sólo en la memoria, ya que se destruyeron para construir el centro comercial Galerías de las Estrellas.

Como toda colonia con encanto tiene varios sitios de tradición para comer; uno de ellos es la célebre taquería Los Panchos, en Tolstoi 9, fundada en 1945, continúa con la sabrosa especialidad que le dio fama: las carnitas, acompañadas de tortillas recién hechas en comal, chilitos en vinagre o vestidas con jardín y salsa verde cruda y chicharrón crujiente.

A lo largo de las décadas han ampliado el lugar y la oferta gastronómica, que ahora incluye una amplia carta de cocina mexicana y algunos tacos, pero no de pastor ni de la variedad que se encuentra en otras taquerías.

Una de las especialidades más solicitadas son las petroleras: gorditas rellenas de maciza o chicharrón que recibieron su nombre por ser un antojito muy popular entre los oficinistas de la Torre de Pemex en los años 70.