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La globalización exige cumplir cuotas de actores: Harold Torres

El artista mexicano participa en la cinta Asesino sin memoria dirigida por Martin Campbell

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▲ Escena de la película Asesino sin memoria.Foto Diamond Films México
Especial Para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 29 de mayo de 2022, p. 8

Un creciente contingente de actores mexicanos –y de directores y de fotógrafos y demás profesionales de la industria– se han ido incorporando a las producciones internacionales, al menos en la década reciente. Nombres como Cristo Fernández, Teresa Ruiz, Alfonso Herrera, Eiza González, y un largo etcétera lo demuestran. El fenómeno es alimentado ciertamente por los éxitos de tres amigos (Iñárritu, Cuarón y del Toro) así como por el dueto de Diego Luna y Gael García. Pero también se debe a la globalización y a las cuotas que exige cumplir actualmente.

La visión de Harold Torres es crítica respecto a esta circunstancia que obliga a las grandes producciones, sobre todo de Hollywood, a incluir en el elenco a un latino, a otro de color y un asiático, un tema que debe discutirse, pues es preocupante ya que es ponerle palomita a la cuestión moral. Lo que más importa, en todo caso, sería permitir que estos personajes se representaran a sí mismos de la manera que mejor les parezca y no como marca la industria, pero no.

Ya no importa el contenido sino la forma y ésta es poner a cuatro personajes de etnias diferentes y no estoy seguro de que sea lo mejor, explica el intérprete egresado del Centro Universitario de Teatro (CUT) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Reparto internacional

Empero, en su más reciente estreno en la cartelera mexicana, Asesino sin memoria (Memory, Estados Unidos, 2022), dirigida por el neozelandés Martin Campbell, el actor nacido en Toluca alterna en el elenco con un reparto internacional encabezado por el irlandés Liam Neeson, la italiana Monica Bellucci, el australiano Guy Pearce o la británica Taj Atwal, el personaje que interpreta, Hugo Márquez, mantiene gran dignidad y coherencia, ya que se trata de un detective mexicano especializado en la trata de personas, pedofilia y pederastia en la frontera norte del país.

Así que es asignado para servir como el enlace en un intercambio policial entre ambos gobiernos, el mexicano y el estadunidense, para trabajar junto con un par de agentes del Buró Federal de Investigaciones (FBI), Vincent Serra (Pearce) y Linda Amisted (Atwal) en el caso de una niña llamada Beatriz (Mía Sánchez), víctima de la trata de personas en El Paso, Texas, al otro lado de Ciudad Juárez.

El personaje que hago no cumple con lo que dije anteriormente, porque se necesitaba a un actor mexicano para el papel de Hugo Márquez, que trabaja en casos específicos en la frontera y que carga la culpa de un incidente por el que fallecieron una numerosa cantidad de personas sin ser el directamente responsable, explica el protagonista de filmes como Norteado (2009), La Cebra (2011) o González: falsos profetas (2014).

El equipo se cruza con una eventualidad inesperada, el despiadado y efectivo asesino a sueldo Alex Lewis (Neeson) no sólo enfrenta tremendas lagunas debido a una avanzada enfermedad mental que lo despoja de la memoria, sino que su código ético le impide cumplir con una misión: justamente segar la vida de la misma Beatriz, a la que acaba protegiendo de una poderosa mafia local, encabezada por Davana Sealman (Bellucci), al tiempo que salvarse de una condena a muerte por su traición.

Con distribución de Diamond Films México, Asesino sin memoria se estrenó en la cartelera mexicana el 12 de mayo pasado y es la tercera película más vista, tras sumar 419 mil espectadores y recaudar 28.4 millones de pesos tras dos semanas de exhibición.

Luego de trabajar con Campbell, un director veterano —con 77 años de edad y una veintena de largometrajes en su haber, entre ellos 007: Golden Eye (1995), 007: Casino Royale (2006) o La leyenda del zorro (2005), le quedó muy presente el impresionante nivel de energía que maneja, pues es el primero en llegar al set y el último en irse, pues todo el tiempo está trabajando. En otra ocasión, recuerda, en una noche no acabaron de filmar unas escenas muy complicadas y ya muy tarde llevaban apenas dos séptimas partes completadas y tuvieron que volver la noche siguiente para terminarlas.

Era una escena muy difícil en la que yo llevaba la batuta. Lo interesante es que después venían partes muy pequeñas donde decía cosas simples, pero estaba tan agotado que me tomé cinco cafés y ni así me lograba levantar, en cambio Martin, que estaba en las mismas circunstancias que yo, estaba entero, explica el protagonista de series como Run Coyote Run, Texas Rising o Zero Zero Zero.

El mismo profesionalismo encontró entre sus compañeros de reparto, pues quitando la parte romántica de ser alguien que creció viendo las películas de todos ellos, se percató de que, independientemente de que es cine de Hollywood, Asesino sin memoria era una película de bajo presupuesto para ellos –aunque de muy alto presupuesto para los estándares mexicanos– y todos se adaptaron a esas condiciones, utilizando los mismos campers que se utilizan en México, no de tres pisos ni con lujos.

Los tres fueron increíbles conmigo y la convivencia fue genial porque estuve tres meses filmando en Sofía, Bulgaria. También conviví mucho con Ray Fearon, un actor de la Royal Shakespeare Company y me interesó mucho su forma de entrarle al rodeo, con una técnica vocal impresionante, afirma el actor.

Torres acaba de terminar de filmar Silent Night, con el director hongkonés John Woo, una cinta de venganza con Joel Kinnaman y Catalina Sandino Moreno, que significó el retorno a Hollywood tras varios años de ausencia del director de Contra/cara (Face/Off, 1997) de quien advierte que es un señor grande y al que se nota que le gusta lo que hace.