Guadalajara, Jal., El fiscal de Jalisco, Gerardo Octavio Solís Gómez, anunció ayer su renuncia al cargo por problemas de salud, y de inmediato el gobernador Enrique Alfaro, quien elogió su desempeño durante los tres años que permaneció en el puesto, propuso al Congreso estatal a Luis Joaquín Méndez, fiscal de investigación criminal.

Trascendió que Solís Gómez padece una enfermedad coronaria, pero ni el gobernador ni el mismo funcionario aclararon qué problema de salud lo obligó a tomar esa decisión, la cual aparentemente ya había sido acordada días atrás.

Es un asunto estrictamente de salud. No quiero dar detalles porque no tengo autorización, pero tuvo una intervención a finales del año pasado. El trabajo que hizo fue muy importante y confío en que pueda seguir participando en el proyecto de gobierno. En los próximos días platicaremos sobre ese tema, expresó Alfaro.

Solís Gómez asumió la fiscalía de Jalisco el 16 de diciembre de 2018 y a lo largo de su gestión el hallazgo de fosas clandestinas en la entidad, sobre todo en municipios de la zona metropolitana de Guadalajara, al igual que balaceras y desaparición de personas fueron la constante, así como el aumento de los feminicidios.

De igual forma, acumuló cientos de quejas en su contra, primero como procurador (2000-2005) y luego como fiscal (2018-2022) por violaciones a los derechos humanos, con recomendaciones de defensorías locales, nacionales y pronunciamientos de Amnistía Internacional y Human Rights Watch, entre otras organizaciones.

Uno de los principales hechos que marcaron sus tres años como fiscal fue el ocurrido entre el 4 y 6 de junio de 2020, cuando policías de la fiscalía estatal encabezaron la represión –utilizando palos, bates y tubos– y la captura de manifestantes, a quienes amenazaron y después abandonaron en lugares periféricos de Guadalajara.

Entre las recomendaciones destacan las de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos y su homóloga estatal relacionadas con desapariciones y abusos de autoridad.

En su primera época, en mayo de 2004, Solís participó como procurador del estado en la operación policiaca ordenada cuando Felipe Calderón era Presidente y Francisco Ramírez Acuña gobernador, para evitar que los manifestantes pasaran el amplio perímetro de seguridad en torno al Instituto Cultural Cabañas, donde estaban reunidos jefes de Estado en la tercera Cumbre de América Latina, el Caribe y la Unión Europea.

El despliegue derivó en represión, uso excesivo de la fuerza, torturas, incomunicación y un proceso penal que mantuvo a varias personas en prisión durante más de un año; mientras, Solís fue nombrado secretario general de Gobierno en 2005.

En 2006 Solís se convirtió en gobernador interino de Jalisco hasta el final de sexenio, en febrero de 2007, cubriendo la licencia que Ramírez Acuña pidió tras ser llamado para ocupar la Secretaría de Gobernación.

Con información de Javier Santos, corresponsal