El periodista y escritor Federico Mastrogiovanni, quien ha documentado durante años la violencia y la brutalidad en México, apuesta en su crónica Aquí acaba la patria (Fondo de Cultura Económica) por devolver las proporciones reales a personas, lugares y situaciones descritos con desmesura.

En entrevista, el también académico y traductor destaca que relatar otros aspectos fue uno de los grandes desafíos de su trabajo sobre la migración entre ambas fronteras mexicanas, ya que existe una tendencia a aplastar las dimensiones de personas, lugares y situaciones para decir, por ejemplo: Tapachula se vuel-ve el infierno

Mastrogiovanni es enfático: “No es el infierno, es un lugar como muchos otros donde pasan cosas horribles y donde hay vidas normales o extraordinarias, hay belleza, y están pasando cosas que merecen la pena ser contadas, tanto en positivo como en negativo.

Nacido en Roma en 1979, Mastrogiovanni explica que el título surgió a partir de la reflexión sobre la leyenda Aquí empieza la patria en algunas ciudades del norte de México. “Siempre he pensado a quién está dirigido este mensaje, cuál es el punto de vista, porque si tú vienes del sur, entonces ahí es donde acaba la patria.

Este juego me llevó a repensar la idea de patria. Para mi investigación me di como lineamientos relatar desde la frontera Sur a la del norte, de Tapachula a Tijuana, qué es lo que está pasando y, claro, luego se amplía porque la historia se va construyendo a partir de los personajes, quienes nos llevan a lugares inesperados.

En su texto, hace patente la búsqueda de los chinos que migraron a México hace un siglo. “Se vuelven en mi narración todos los extranjeros que poco a poco van formando parte del panorama. La idea era utilizar esta metáfora para decir que siempre hay chinos, en el sentido de que se integraron en un contexto que les era hostil, pero encontraron su espacio.

Esto me parece un logro. Más allá de si te aceptaron o no o si todavía hay cierto racismo. La comida local en Mexicali es la china y en Tapachula también. Esto quiere decir que ya se metieron sus raíces y ya son parte de la tierra. Los chinos que encontré, cerrando la metáfora, son africanas que hacen trencitas a las mexicanas que van a la plaza central de Tapachula.

Comenta que en el trasiego que marca en su libro el desafío es poder llegar, porque tanto al principio como al final de la travesía los riesgos son enormes y son comunes a todos. La vulnerabilidad, el riesgo a ser víctimas de toda una serie de abusos, le da un sustrato común a todas las experien-cias migratorias.

El ganador del Premio Nacional de Periodismo 2021 menciona que “el uso de la literatura en el relato es una herramienta necesaria. Si nosotros ampliamos un poco nuestra mirada nos damos cuenta de que ciertos temas sí están presentes en las narraciones, pero a veces no lo están en el texto periodístico.

Considera que la entrevista es uno de los ejes del periodismo, aunque no el único. Siempre me parece una herramienta fundamental, porque es la manera en que nos narramos que vamos cambiando. Es también una forma de encuentro con el otro y de lectura de una situación, de un acontecimiento, de una vida.

Su aspiración, dice, es “hacer un relato que a la vez genere una narración basada en la documentación de nuestro tiempo, pero que sea valida en algunos años. Me inspiro en grandes experiencias periodísticas, que siguen siendo vigentes a pesar de que hayan pasado décadas de sus crónicas.

Quiere decir que han logrado captar elementos de la humanidad en su tiempo y contarlos de una forma que pueda trascender el momento. Cuando estamos trabajando debemos aspirar e inspirarnos por los grandes, no por los pequeños.