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Estudio de Unicef y Evalúa CDMX

Mi beca para empezar evitó que familias cayeran en pobreza

Reciben la ayuda un millón 200 mil alumnos de planteles públicos de educación básica

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▲ El programa Mi Beca para empezar beneficia a las familias más vulnerables de la capital, de acuerdo con un estudio elaborado por el Unicef y Evalúa. En esta imagen, entrega de tarjetas en la Escuela Primaria Zimbabue.Foto La Jornada
 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de febrero de 2022, p. 27

El programa Mi beca para empezar evitó que las familias de un millón 200 mil alumnos de educación básica en escuelas públicas de la Ciudad de México cayeran en pobreza, por lo que se convierte en un instrumento de protección del ingreso familiar en el contexto de la pandemia del covid-19, concluye un estudio elaborado por el Unicef con el acompañamiento del Consejo de Evaluación del Desarrollo Social (Evalúa) capitalino.

A diferencia de lo ocurrido en otros estados de la República, la pobreza en el grupo de edad infantil beneficiado no creció entre 2018 y 2020, pese a la compleja situación generada por la emergencia sanitaria, señala el documento.

El Unicef realizó una evaluación del programa en la que destaca que Mi beca para empezar –que consiste en la entrega de 400 y 500 pesos mensuales a cada alumno de educación básica según el grado en el que esté inscrito– llega a las familias más vulnerables, pues al menos la mitad de las familias beneficiadas tenían ingresos inferiores a 5 mil pesos mensuales y el apoyo económico se utilizó principalmente para la compra de alimentos y gastos relacionados con la educación de los menores, principalmente el acceso a Internet.

Subraya, además, que Mi beca para empezar constituye una experiencia inédita a nivel internacional en materia de políticas públicas para la infancia desde un gobierno local, de allí que los organismos citados establecieron un esquema para evaluar sus alcances y principales características, con base en una encuesta a hogares receptores del programa.

La evaluación destaca también que siete de cada 10 madres o padres de familia manifestaron que la beca había significado una mayor tranquilidad económica, por la regularidad de la transferencia, que es un ingreso fijo a la economía familiar, lo que resulta decisivo en contextos de incertidumbre como ha sido la pandemia de covid-19.

El programa, cuyo nombre completo es Becas de bienestar para niñas y niños, Mi Beca para empezar, y que se envió al Congreso local como iniciativa para darle rango constitucional, se implementó en el primer año del gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, y con el paso del tiempo se ha incrementado la ayuda económica que se entrega según el nivel educativo, 50 pesos más para este año en comparación con el anterior.

De esta manera, cada alumno de prescolar recibe 400 pesos mensuales, 435 los de primaria y secundaria (incluidos adultos inscritos en dichos niveles educativos), y 500 para los estudiantes de los Centros de Atención Múltiple.

Dicho incremento, señala la evaluación, permite fortalecer el impacto de un programa pionero, proteger el ingreso de los hogares y coadyuva a su permanencia en la escuela en contextos de crisis, lo que a largo plazo constituirá una contribución al desarrollo integral de la infancia y del país.

Entre las propuestas hechas para consolidar la estrategia está una mejor y mayor difusión del catálogo de establecimientos en los que se puede usar la tarjeta y productos que se pueden adquirir, socializar entre los padres y madres de familia la universalización de derechos del programa y ampliar el esquema a menores de hasta dos años y a aquellas familias que viven en la ciudad con niños y adolescentes que no están la escuela.