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Un caso excepcional de sensibilidad y acción; mujer de méritos propios
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▲ María O’Higgins, su mascota Laica y La Jornada en un retrato del 2 de julio de 2019.Foto E. Andrea Saldaña
 
Periódico La Jornada
Miércoles 22 de diciembre de 2021, p. 4

María de Jesús de la Fuente de O’Higgins, quien falleció este lunes en la Ciudad de México, fue una persona sensible, generosa y comprometida con los derechos de las mujeres, que compartió con su esposo Pablo O’Higgins su amor por el país y por las mujeres de los pueblos. Tenía el sueño de que se hiciera de su casa un museo de sitio dedicado a los muralistas.

Amigos cercanos a la abogada y promotora cultural, así como personalidades culturales coincidieron en que fue una luchadora de los derechos de las mujeres que tuvo la fuerza de abrirles una defensoría de oficio y vivió con inteligencia, dignidad e integridad.

Jesusa Rodríguez, actriz y activista social: “Lamento la muerte de María O’Higgins. Recuerdo que cuando la conocí y me contó que abrió en 1951 en Monterrey una defensoría de oficio para mujeres me asombró mucho porque 70 años después se abrirían las primeras en la Ciudad de México.

“Me impresionó la avanzada de esta mujer y si vemos un arco histórico de lo que ha crecido el feminicidio, es sorprendente, como decía María, lo que pasa es que la sociedad está enferma. No puede ser que sigamos creciendo en la tasa de asesinato de mujeres.

“Hay un fracaso social en ese tema y María era un caso excepcional de sensibilidad y de acción. Le propusimos a Claudia Sheinbaum un homenaje a María, hace dos años, el día que se abrieron las defensorías de oficio de la Ciudad de México, y fue hermoso. María estaba emocionada de que ahora había muchas abogadas como ella.

“Es un ejemplo para todo el país y el mundo, creo que trascenderá por su propia obra y no por haber sido la compañera de Pablo O’Higgins, sino por lo que ella hizo por las mujeres.”

Lucina Jiménez, directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura: “Fue una mujer generosa, firme y de ideas claras. Abogada defensora de derechos de las mujeres. Acompañó la vida de Pablo O’Higgins y compartió con él su amor por el México que trabaja, los campesinos, los obreros y los albañiles, por las mujeres y las fiestas que reflejan los rituales de la vida.

“Cuidó y ordenó el archivo de Pablo y el de ella misma con esmero y pasión. Estaba consciente de que en esa obra estaba la historia de un México diverso construido desde abajo. Trabajamos con ella para sacar adelante la adquisición de una selección de la obra gráfica y óleos de Pablo O’Higgins y ahora forman parte del patrimonio del pueblo de México, como ella quería. María vivió un siglo con inteligencia, dignidad e integridad.”

Celso José Garza, secretario de Extensión y Cultura de la Universidad Autónoma de Nuevo León: María O'Higgins fue la primera mujer egresada de la Facultad de Derecho de la UANL. Lamentamos mucho su deceso. Una mujer ejemplar y la gran impulsora de la obra de Pablo. Se distinguió como una gran defensora de las mujeres y también como promotora cultural.

Alejandra Frausto, titular de la Secretaría de Cultura federal, expresó en un comunicado: María fue piedra angular de la construcción del país como lo conocemos; pionera en la defensa de los derechos de la mujer, puso sus pies en el camino de la defensa de las y los más vulnerables; siempre serás recordada como una luchadora incansable, profesora generosa y artista solidaria, comprometida con la promoción cultural. Seguiremos trabajando para que el patrimonio cultural que nos dejas sea conocido por cada vez más personas.

Martha Chapa, pintora: “Fue mi primera maestra, en Monterrey; creó los jardines para niños, realmente una mujer visionaria que se adelantó a su época en muchas cosas. La admiré por su vitalidad, su inteligencia, su preparación y su generosidad. Gracias a ella pervive la obra del maestro Pablo O’Higgins. Realmente, se empeñó en que viviera esa obra y ahora mi preocupación es qué va a pasar con ésta; hay una fundación, pero fueron falleciendo quienes la integraban. Ella deseaba que se hiciera de su casa un museo dedicado a los muralistas y siempre se encontró con muchas dificultades. Ojalá, ahora se cumpla ese sueño.

María vivió 101 años con una lucidez que conservó hasta el último momento, lo mismo que su vivacidad y amor por Rayones, Nuevo León, su pueblo natal.

Lucila Rousset Harmony, artista plástica y promotora cultural: “Me encuentro muy triste, fue una incomparable mujer y gran amiga; sumamente generosa y consciente de los problemas de los demás. Hace 35 años, para inaugurar la galería Pablo O’Higgins, que fundé en el mercado Abelardo Rodríguez, generosamente me prestó óleos y dibujos para exhibirlos. Más adelante, tres décadas después, hizo lo mismo, pero para una exposición que organicé en la Facultad de Arquitectura de la UNAM, a la que en diciembre de 2019 donó la serie Los trabajadores de la construcción.

Tuvo personalidad propia, sus propias virtudes. Fue la primera mujer que se recibió como abogada en la Universidad Autónoma de Nuevo León, fue litigante pro derechos de la mujeres, maestra, y conservó la obra de su marido hasta que la fue donando.

Andrea Saldaña, diseñadora: “Fui amiga de María desde 2010, una de las más jóvenes que la frecuentaban. Siempre comentaba su preocupación por la obra de Pablo O’Higgins, por lo que pasaría con ella. De allí su interés en hacer donaciones a museos y otras instituciones.

“Ella tenía ya todo un historial en Monterrey antes de conocer a Pablo O’Higgins. Fue la primera mujer abogada por la UANL y pionera en la defensa de los derechos de las mujeres en el país. Una de sus preocupaciones fue darse cuenta de que vivía a la sombra de aquel artista; de pronto le pegaba no recibir ese reconocimiento como persona, más allá ‘de la viuda de’. Como pareja hicieron mucho, pero en lo individual también.

Siempre quiso dejar un legado al pueblo de México. Le hubiera encantado que su casa, en Coyoacán, se convirtiera en un museo en el que se estudiara el muralismo. Algo que también quería era descansar en paz en Rayones, su lugar de nacimiento y donde está enterrado su esposo.

Isaura González Gottdiener, secretaria Académica de la Facultad de Arquitectura de la UNAM: “Destaco de María su profunda generosidad, en particular la que tuvo con la UNAM. A fines de diciembre de 2019, donó a la Facultad de Arquitectura la colección de dibujos Los trabajadores de la construcción, de Pablo O’Higgins que están resguardados en el archivo histórico de la facultad y el compromiso es hacer una exposición y un catálogo con ellos, cosa que frenó la pandemia.”

Beatriz Zalce, escritora, dijo en redes sociales: María tan querida, tan necesaria, tan solidaria, tan luminosa, te encaminas a la luz... Nunca fue suficiente el tiempo contigo... Gracias por haber nacido, gracias por tu amoroso actuar, gracias por amar a Pablo, por cuidar de él y de su obra. Gracias por haberte quedado con nosotros 101 años. Gracias, María, gracias.

Carmen Gaitán Rojo, directora del Museo Nacional de Arte: “María fue una mujer valiosa que defendió y promovió la obra de Pablo O’ Higgins, y trató de difundirla lo más que pudo (...) lamentablemente no trasciende como pintora, a mi gusto se queda un poco detrás del telón por promover la obra de su esposo y no tanto la de ella.”

La poeta Natalia Toledo, en ocasión de los cien años de María O’Higgins, se refirió a la abogada como una mujer que se paró junto a la palabra de las mujeres, se volvió los ojos y la boca de ellas, y les enseñó cómo se camina sobre el papel para defender sus derechos. Fue una empática y solidaria.