El cáncer de pulmón es una enfermedad olvidada por las autoridades del país. Aunque cada año se diagnostican más de 7 mil 500 nuevos casos y mueren un número similar de afectados –está entre las 10 principales causas de morbi-mortalidad–, los avances son nulos en el acceso a tratamientos para personas sin seguridad social, lamentaron organizaciones integrantes del Frente Unido por el Cáncer de Pulmón.

Lo anterior, no obstante la creación del protocolo técnico para la atención del tumor y de que en el Compendio Nacional de Insumos para la Salud (que sustituyó el catálogo y cuadro básico de medicamentos) están incluidos los fármacos de última generación que pueden lograr en los pacientes una sobrevida de 10 años.

Hace dos décadas, las personas con este padecimientos tenían una esperanza de vida de seis meses, comentó Fanny Romero, directora de Respirando con Valor.

En conferencia, señaló que el cáncer pulmonar es un padecimiento que genera gastos tan elevados que las personas no los pueden pagar y debido a la falta de claridad en las reglas de operación del Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) el acceso a los medicamentos sigue siendo una promesa incumplida.

La activista refirió algunas estimaciones, según las cuales, el costo aproximado de las terapias es de 254 mil 600 pesos por paciente al año y entre las acciones que debe realizar el Insabi está la valuación actuarial para determinar el monto de recursos económicos que se necesitan para las personas con este padecimiento.

Alternativa financiera

Planteó, incluso, que una alternativa para hacer frente a las limitaciones financieras del gobierno federal es disponer de los recursos que se obtienen por el Impuesto Especial a Productos y Servicios (IEPS) correspondientes a los productos del tabaco, los cuales ascienden a más de 50 mil 500 millones de pesos al año.

Miryana Pérez-Vela, directora de Fundación Alba, otra de las organizaciones que forman parte del Frente Unido por el Cáncer de Pulmón, comentó que la situación de los enfermos se agravó por la pandemia de Covid-19, porque dejaron de asistir a sus consultas médicas por tres meses. En otros casos, de plano suspendieron los tratamientos por temor al contagio del virus del Covid-19.

De por sí, dijo, desde antes de la pandemia 90 por ciento de los diagnósticos del tumor se hacen en etapas tardías de la enfermedad, cuando las posibilidades de control son limitadas o nulas.