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Retorno Sofía Rosario motiva un rencuentro de lo que habitaba en la nostalgia

En la obra, dos mujeres coinciden con personas de su pasado

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▲ Las actrices Rosa María Bianchi (izquierda) y Dobrina Cristeva protagonizan la puesta en escena de Retorno Sofía Rosario.Foto Pablo Méndez Zarazúa
 
Periódico La Jornada
Sábado 14 de agosto de 2021, p. 7

Rosa María Bianchi y Dobrina Cristeva migraron a México hace medio siglo y con esa experiencia de vida protagonizan la entrañable propuesta Retorno Sofía Rosario, donde se propicia un rencuentro de lo que habitaba en la nostalgia o, incluso, en el olvido.

Este montaje, a manera de work in progress, es un viaje imposible, donde ambas mujeres van hacia su memoria para encontrarse con personas, que formaron parte de su pasado, en sus países de origen: Dobrina en Bulgaria y, Rosa María, en Argentina, dijo el autor y director José Alberto Gallardo.

Este viaje en el tiempo, prosiguió Gallardo, es posible gracias al teatro, donde todos los espectadores son convocados para cubrir el itinerario.

El director prosiguió: La obra está compuesta de fragmentos, tal como opera la memoria, hecha de pedazos de lo que recordamos, pero ésta no es una historia lineal. De ahí que sea tan entrañable, por tanto rencuentro de lo que sólo habitaba en los recuerdos, incluso en los más guardados.

En escena, con video e imágenes que se remontan a determinado momento en la vida de Bianchi y Cristeva, se realiza un juego actoral, donde las actrices se convierten en una u otra, o bien, en otros. De tal forma, que la experiencia migratoria de ambas se despliega por medio de una composición hecha de fragmentos de la memoria capaces de materializar encuentros con personas del pasado, tan imposibles como impostergables, agregó el dramaturgo.

Bianchi explicó: Durante el proceso Dobrina y yo empezamos a hablar de nuestra vida, de cómo había sido nuestra llegada a México, qué habíamos dejado; es decir, comenzamos a soltar recuerdos. A partir de eso, Gallardo, nos pidió cosas, momentos o personas específicas, así como pensamientos y aspectos que estaban en nuestro interior, pero eran tan visibles. En realidad, no salimos a contar nuestra historia total y completa, sino fragmentos de la memoria.

De pronto, puntualizó Bianchi, sí somos nosotras que contamos parte, pero en otro momento yo soy Dobrina y ella es Rosa María, como sucede en escenas donde aparecen otros personajes. Esto es interesante porque nos toca descubrir a la otra persona; hay que recordar que esto es posible porque estamos en un teatro, no es una realidad, lo que hacemos es una representación y esta magia se hace posible por el arte escénico.

Para Cristeva “el emigrante busca fundirse con el entorno, porque lo que menos queremos, es ser el diferente, el raro, el señalado; de eso se habla –en escena– de lo que significa migrar”.

Incluso pensamos que íbamos a caminar, tal vez, con nostalgia y suavidad por nuestra memoria, sin embargo, caímos en baches y recuerdos que habíamos archivado, pero al cruzarlos y revivirlos descubrimos que eran momentos de muchas sensaciones y emociones olvidadas; a esta experiencia nos enfrentamos e invitamos al espectador a fundirse en torno a lo que sucede en el corazón o el alma de alguien que lo dejó todo para empezar de nuevo.

Además, retomó Rosa María Bianchi, nos enfrentamos a personas que ya no están, a miembros de la familia, a gente que ya no vive. Es un sentimiento que tiene el migrante, es un miedo que uno siente desde un principio, pero son sentimientos que no se olvidan.

José Alberto Gallardo puntualizó: Ambas actrices asumen una actoralidad desprovista de artificios; se trata de la representación desnuda de la memoria y del rencuentro con ella; no existe una recreación de realidades, de sus casas o lugares de origen, sino de elementos que nos ayudan a situarnos en distintos momentos.

La sutileza de la música, de Rodrigo Castillo Filomarino, aparece por momentos y en su conjunto compone esta forma de viaje, que no se dirige a algún destino físico, sino a uno relacionado a la reconfiguración de la memoria, donde personas que ya no están, se les hace presentes.

Retorno Sofía Rosario tendrá temporada hasta el 27 de septiembre en el Teatro La Capilla (Madrid 13, Coyoacán) con funciones presenciales, los lunes a las 20 horas (con cupo limitado de 30 por ciento del aforo y protocolos sanitarios), así como por streaming por medio de la plataforma www.teatrolacapilla.com