▲ Una antigua radio y un viejo zapato de senderismo se utilizan como macetas en un jardín del antiguo aeropuerto de Tempelhof, en Berlín, Alemania. El emblemático aeródromo, que cerró sus puertas a los pasajeros en 2008, se reinventó para ofrecer a los visitantes un espacio de esparcimiento. Administrado por una asociación público-privada, desde 2010 lleva a cabo múltiples proyectos, como huertos urbanos, teatro al aire libre, zonas de acampar, espacios para perros y nichos para la observación de aves. Las antiguas pistas de despegue y aterrizaje hoy son ocupadas por ciclistas, corredores, patinadores y bailarines. Foto Afp