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Pemex estuvo a punto de asociarse con una empresa mundial de fertilizantes

El acuerdo hubiera dejado ganancias por más de 800 millones de dólares al año, asegura ex funcionario

 
Periódico La Jornada
Domingo 25 de abril de 2021, p. 12

En el caso Agronitrogenados, Petróleos Mexicanos (Pemex) tuvo la posibilidad de concretar una sociedad con la empresa noruega Yara, líder mundial en la producción de fertilizantes nitrogenados, lo que le hubiera permitido obtener ganancias por más de 800 millones de dólares anuales y no pérdidas por la adquisición y rehabilitación de la planta adquirida a Altos Hornos de México, pero este proyecto de inversión fue cancelado por el que fuera director de la petrolera mexicana, José Antonio González Anaya, señaló Édgar Torres Garrido, ex director de Pemex Fertilizantes.

Lo anterior consta en una declaración ministerial que fue rendida ante la Fiscalía General de la República (FGR) y de la cual posee copia La Jornada. Estos señalamientos forman parte de la investigación iniciada con base en la denuncia presentada por el ex director de Pemex Emilio Lozoya Austin, en la que refiere la entrega de sobornos a ex legisladores panistas para aprobar las reformas estructurales durante el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Torres Garrido acumula tres inhabilitaciones decretadas por la Secretaría de la Función Pública que superan 30 años, y en los que se le han impuesto multas por 3 mil 844 millones de pesos.

En su testimonio, de fecha 19 de agosto de 2020, señaló que existía un proyecto integral de producción de fertizantes por parte de Pemex y que ello “contemplaba la fusión del complejo petroquímico de Cosoleacaque y los activos que fueron de Agronitrogenados y que estaban en posesión de la empresa Proagroindustrias, ya que éstas producirían y comercializarían amoniaco y urea como una sola entidad; al suceder esto, sería necesario contar con capacidades no sólo de producción, sino también de distribución de los productos que salieran de esta entidad.

“Fue así como el contador Carlos Roa y yo, aproximadamente en el segundo semestre de 2014, establecimos contacto con la empresa noruega Yara, a través de su director en México, que es la empresa productora y comercializadora de fertilizantes más importante en todo el mundo, e iniciamos conversaciones tendientes a explorar sinergias, tanto de la producción como en la distribución de amoniaco y urea, entre la empresa Proagroindustrias –que fue el nuevo nombre que se le dio a la planta de Agronitrogenados–, el complejo petroquímico de Cosoleacaque y las empresas del Grupo Yara.

“Directivos de esa empresa, en tres o cuatro ocasiones, visitaron la Ciudad de México. En un par de ocasiones nos reunimos en Nueva York, una ocasión en Alemania y un par de ocasiones en Noruega y en el transcurso de estas reuniones, los directivos manifestaron su interés en adquirir una participación del 50 por ciento en el Proyecto Integral de Pemex, que consideraba el complejo petroquímico de Cosoleacaque y a la empresa Proagroindustrias. En las reuniones finales, se estableció un rango de adquisición del proyecto integrado por Cosoleacaque y Proagroindustrias, de mil 100 millones de dólares.

“Esta operación no se concretó a pesar de que estábamos a días de firmar un memorando de entendimiento, esto debido a que el licenciado Lozoya dejó la dirección de Pemex y la nueva administración, en particular el director general, José Antonio González Anaya, me pidió cancelar las conversaciones y no continuar con el proyecto de asociación con la empresa Yara.

De haberse concretado la operación con la empresa Yara, la cual implicaba la adquisición aproximadamente de 50 por ciento del proyecto, ello hubiera significado para Pemex el ingreso de al menos 550 millones de dólares; además de los beneficios sociales y económicos que hubiera significado la asociación con la empresa Yara, también hubiera implicado la producción de un millón de toneladas de urea, que valuadas a precio de mercado de esa época implicaban ingresos por aproximadamente 300 millones de dólares, sólo por la venta de urea, y un millón de toneladas de amoniaco, valuadas en 350 millones de dólares al año”. No hubo justificación alguna para cancelar el proyecto, únicamente fue una instrucción directa que me dio José Antonio González Anaya.