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Pandemia
Crónicas de la esperanza
E

n tiempos de pandemia no queda más remedio que abrirse al mundo sin prejuicios ideológicos o políticos y tomar la mano que se ofrece bondadosa. Lo otro sería equivalente a dejar desprotegidos a millones de personas. Hace unos días leía en The New York Times que Brasil necesita vacunas y que China se beneficia. Me pregunté por qué el pueblo brasileño –que ha padecido deficientes políticas sanitarias– no obtiene los beneficios de las vacunas producidas por China, mismas que han sido probadas en muchísimos países del mundo y con alta efectividad.

Entonces me vino a la mente que algunos políticos brasileños han preferido dar la espalda a su gente antes que quedar mal con sus homólogos en Estados Unidos. ¡Qué pena! Y pensar que esto es asunto de vida o muerte. Lo más grave es que esos mismos políticos han echando a andar su imaginación y su maquinaria política para hacer ver que la vacuna china no conviene, pero sí otras de Europa, que ni en Europa o Estados Unidos se están ocupando para inmunizar a la población.

En Brasil los contagios se multiplican de un día para otro y a una velocidad tremenda. Lamentablemente, muy pocos brasileños han recibido la vacuna CoronaVac, de la farmacéutica Sinovac, de China, pero esos pocos no han registrado efectos secundarios. Esa experiencia la vivió Carlos Alberto Cassi; de 71 años, y Elizabeth Sá Rosa Cassis; de 68, quienes se reconocen afortunados tras inocularse en el Autódromo de Interlagos. Me han mandado la foto del emocionante momento, que relacionan con vivir tranquilos y sin miedo a fallecer en solitario por el horrendo virus.

En São Paulo, por cierto, se encuentra el Instituto Butantan, el centro de investigación en Biología y Biomedicina responsable desde 1901 de la producción local de 80 por ciento de sueros y vacunas. Es también el encargado del desarrollo y fabricación de la vacuna brasileña-china, pues se ha asociado a la compañía farmacéutica Sinovac.

El director del Instituto Butantan, Dimas Cuevas, ha asegurado que las CoronaVac son vacunas seguras y eficaces, y tienen todos los requisitos que justifican su uso de emergencia. Los datos de Butantan señalan que este antígeno será capaz de controlar la pandemia a través de una significativa reducción de las hospitalizaciones, ha dicho con razón Ricardo Palacios, su director de Investigaciones Médicas. Ellos le apuestan a CoronaVac para sacar a Brasil de la incertidumbre que atraviesa.

Para el doctor en economía Thomas Conti, profesor e investigador IDP-SP, es importante conocer algunos datos sobre el mercado mundial de vacunas Covid-19, los cuales muestran una realidad de la cual Brasil no está exento:

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▲ En espera de informes afuera del hospital Xoco.Foto José Antonio López

1. Los laboratorios venden vacunas a un precio de remplazo.

2. Los laboratorios grandes venden sólo a los gobiernos.

3. Hay una larga lista de espera por vacunas en todo el mundo.

4. Las entregas que hacen las trasnacionales farmacéuticas se retrasan.

Con este panorama, y en busca de opciones para avanzar hacia una vacunación más masiva, la Cámara de Diputados aprobó el 6 de abril la resolución PL 948, que significa un cambio de reglas para la compra de antígenos por parte de privados. ¿Por qué no disponer de una vacuna que se produce desde diciembre en Brasil, en alianza con Sinovac, como lo hacen Indonesia, Turquía y Singapur, entre otros países?

La agencia de noticias Reuters tituló el 7 de abril la vacuna CoronaVac, del laboratorio chino Sinovac, es eficaz contra la variante P.1 del Covid-19 en 50 por ciento de los casos tras la aplicación de la primera dosis, según mostró un estudio realizado a 67 mil 718 profesionales de la salud en Manaos, donde la nueva variante del SARS-CoV-2 es predominante. Si damos por cierta la cifra, al vacunarse 200 millones de personas con un antígeno que reduce la posibilidad de contagio en un 50 por ciento, se protegerían a cuando menos 100 millones de personas. La decisión de acelerar tiempos de vacunación en Brasil es política, y la política tiene como bien supremo el beneficio de todos los integrantes de un sistema social, ¿o no?

Veamos el caso de Chile, uno de los países que adquirió millones de dosis de Sinovac. La doctora Susan Bueno, académica de la PUC e investigadora del Instituto Milenio en Inmunología e Inmunoterapia, declaró hace unos días a BioBioChile que se observó un muy buen perfil de seguridad tanto en adultos y adultos mayores de 60 años, con anticuerpos detectables significativamente entre los 14 y 28 días después de la segunda dosis.

Además, agregó, que de acuerdo con un estudio realizado por su equipo, se detectaron linfocitos T específicos contra proteínas diferentes de Spike. En trabajos anteriores no se había detectado respuesta contra otras proteínas de este virus, y en ese estudio lograron identificar que efectivamente la vacunación con CoronaVac promueve la generación de estas células que secretan la citoquina interferón gamma, importante para la respuesta antiviral. Se ha demostrado científicamente que los interferones actúan como el gran detonador del sistema inmunitario.

Otra cosa que es muy clara es que los brasileños quieren vacunarse a como dé lugar. Y me vuelvo a preguntar: ¿para qué ir a otro país teniendo en casa a CoronaVac? Es el Brasil de hoy. Y es el Brasil de muchas interrogantes sin respuestas.

* Periodista argentina