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Víctima de ataque con ácido busca justicia luego de 20 años de la agresión
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▲ Eli lleva dos décadas en espera de que se repare el daño que le causaron.Foto La Jornada
 
Periódico La Jornada
Jueves 22 de abril de 2021, p. 29

Elisa Xolalpa tenía 18 años cuando su vida dio un vuelco: su pareja de entonces la roció con ácido, lo que le ocasionó quemaduras en 40 por ciento del cuerpo.

La agresión fue perpetrada en 2001, en la alcaldía Xochimilco. Con el paso del tiempo y diversas cirugías la mujer logró superar el episodio y salir adelante. Sin embargo, en 2019 su agresor regresó al poblado y la pesadilla reinició.

Finalmente el hombre fue detenido, acusado de violencia familiar, y ahora Elisa sigue un proceso judicial para que el cargo que pesa sobre él sea calificado como intento de feminicidio.

Originaria del pueblo San Luis Tlaxialtemalco, donde la economía chinampera persiste, se dedica a la producción de viveros de ornato. Me apasiona sembrar mis plantas, desde que pongo la semilla a germinar y la cuido hasta verla crecer, platica a La Jornada. No se me hace pesado el trabajo del campo, creo que lo traigo en la sangre.

En noviembre de hace 20 años sufrió el ataque con ácido, pero el agresor logró escapar. Ella levantó una denuncia por intento de homicidio, al tiempo que fue sometida a varias operaciones.

Me costó mucho trabajo volver a retomar mi vida. Con el apoyo de su familia lo logró, pero en 2019 quien fuera su pareja reapareció, la volvió a agredir y la amenazó, por lo que interpuso una denuncia, ahora por violencia familiar (ya que tiene un hijo con ese sujeto).

También trató de dar seguimiento a la denuncia por intento de homicidio que presentó en 2001, pero descubrió que la carpeta de investigación misteriosamente se encuentra perdida.

En febrero de este año el agresor fue detenido en el estado de Morelos, por lo que permanece en el Reclusorio Sur por el delito de violencia familiar.

A pesar de las amenazas por parte de los familiares del sujeto, Elisa no se rinde y con el apoyo de amigas trata de rastrear la denuncia de hace dos décadas en las instancias judiciales para que sea procesado ahora por intento de feminicidio. Es un ya basta, de que ya no tengo miedo, de que ya no estoy sola, que hay mujeres que se han estado organizando para hacer esa lucha donde exigimos que ya no haya más injusticia hacia nosotras.