La belleza musical, así como los desafíos vocales y técnicos que representan para sus intérpretes las óperas de Daniel Catán (1949-2011), se distinguen por el sentido de unidad familiar que generan entre sus elencos, dijeron en el homenaje al compositor mexicano cantantes que han protagonizado algunos de esos títulos, como las sopranos Verónica Villarroel y María Katzarava.

El descubrimiento de la música de Daniel fue una experiencia inolvidable; es uno de los compositores más importantes que tenemos. Hay pocos autores como él que te puedan atrapar y crear atmósferas tan maravillosas con su música y sus historias, que puedan hacerte viajar, reír, llorar; es impresionante. Pero, sobre todo, su música propicia que quienes participamos en sus óperas nos volvamos familia, afirmó Nancy Fabiola Rivera.

La mezzosoprano española participó en el estreno en América Latina de Il Postino, la quinta y última ópera de Catán, efectuado en Chile en julio de 2021, al lado del tenor Plácido Domingo.

De acuerdo con la arpista Andrea Puente-Catán, viuda del compositor y docente, las óperas de Daniel, por alguna extraña y hermosa razón, acaban haciendo familia entre quienes actúan en ellas, aspecto que quizá tenga que ver con el hecho de que él procuraba trabajar muy de cerca con los intérpretes: Su misión y su pasión era lograr obras libres y que los cantantes se sintieran cómodos y las amaran.

A la resolución de ese enigma contribuyeron el tenor David Ro-binson y el barítono Jesús Suaste. El primero –quien ha participado en varias producciones de Il Postino– refirió que la posibilidad de hacer la música de Daniel Catán genera en sí mismo un gran placer y una atmósfera de hermanamiento, mientras el segundo evocó la generosidad y la amabilidad extrema del compositor, de quien contó que rescribió entre 30 y 40 por ciento de la ópera La hija de Rappaccini para que se adecuara al registro de su voz

▲ El compositor mexicano Daniel Catán falleció en 2011.Foto Elizabeth Beristain

Trabajamos la partitura con cuidado extremo, siempre con mucho tiempo y disposición de su parte. Eso habla de su gran generosidad y humildad, lo cual no tendré nunca cómo agradecer. Es una de las obras más fuertes y conmovedoras que he interpretado, afirmó Suaste, quien participó en el estreno de ese título con libreto de Octavio Paz, efectuado en abril de 1991, en el Palacio de Bellas Artes.

También parte del elenco en el estreno mundial de La hija de Rappaccini, la mezzo Encarnación Vázquez destacó la caballerosidad y la bonhomía del compositor, de quien rememoró las incontables tardes que pasó a su lado trabajando esa obra, sobre todo a enlazar su capacidad musical con la poesía de Paz.

El homenaje a Daniel Catán fue iniciativa de María Katzarava y Andrea Puente-Catán. Se realizó en la página de Facebook de la primera, donde quedará de manera permanente, y consistió en una serie de testimonios de los cantantes mencionados, a los que se suman Dante Alcalá, Andrés Carrillo, Jessika Arévalo, Luis Ledesma, Mariana Sofía, Tomás Castellanos y Liliana Aguilasocho, así como la crítica e investigadora Enid Negrete.

La temática giró en torno de los montajes de las óperas La hija de Rapaccini, Florencia en el Amazonas, Salsipuedes e Il Postino, de las que, además, se reprodujeron fragmentos.