Por sus evocativos y coloridos trabajos, Alejandro Santoyo, nacido en la Ciudad de México, está logrando gran reconocimiento internacional. El pianista y compositor se ha presentado exitosamente en Estados Unidos y Francia, además de en este país y ha escrito música para teatro, documentales, televisión y cine.

Santoyo comenzó a tocar el piano de oído y a componer a los siete años. En sus inicios profesionales fue integrante de algunos exitosos grupos infantiles de música pop, como Microchips y Qué Payasos; sin embargo, sus deseos iban por otro camino, por lo que años después tomó clases con Enrique Nery y estudió en el Berklee College of Music, en Boston. Su gran pasión por la música de concierto se vio recompensada cuando obtuvo la maestría en música clásica por la Universidad de Nuevo México (UNM), donde escribió su sinfonía Child’s Play.

En estos momentos difíciles, ha decidido lanzar su nuevo disco, Reflections, que incluye temas que transmiten un sentimiento de serenidad y calidez a través de melodías relajantes, con las que busca ofrecer un escape, paz y tranquilidad.

Sobre este material y la dificultad que se vive en la industria musical, Santoyo platicó en exclusiva. “Para un compositor, los tiempos de alegría y los difíciles alimentan la inspiración. Estas épocas tan adversas han servido para inspirar las composiciones de este disco. Desde marzo fui entrando en un estado de reflexión e introspección profunda. Reflections ha sido muy difícil, pero por medio del apoyo de fans, mecenas y la Universidad de Duke, por un lado, y por otro la aceptación mental a que nos hemos visto obligados, hemos salido adelante. Gracias a la resiliencia que tenemos los humanos, logramos capitalizar lo que parecía perdido. Entonces, este tiempo me sirvió para dedicarlo a la composición, creación y la producción de este nuevo disco”.

Agrega: “Todos tenemos el deseo de regresar a un mundo, si no igual, por lo menos similar al anterior del Covid, por supuesto, adaptados a la nueva realidad, con las medidas de protección vigentes, pero todo comienza con el deseo, la voluntad y querer encontrar juntos una solución. El mundo necesita arte y música. Sin la cultura, el mundo se iría secando como una fruta sin agua… esto no puede pasar, no vamos a dejar que suceda. Pienso románticamente que la música y el arte contribuirán a salvarnos. Los artistas nos morimos de ganas de volver a salir a dar conciertos y tener contacto con la gente. Esto es vital, ya que la sensación de dar un concierto virtual ante una cámara y presenciado ante una pantalla resulta muy frío. No hay interacción ni ruido, es una sensación muy diferente a la real. Entonces tenemos que encontrar una manera de volver a donde estábamos, pero no dejo la esperanza optimista; de lo contrario, nos consumimos. No queremos eso”.

Reflections está en todas las plataformas de música virtual.