En sus inicios, el folk, el rocanrol, el country y el punk permeaban el sonido de la Maravillosa Orquesta del Alcohol (MODA).

Una década después, su propuesta sonora ha adquirido atmósferas rítmicas por las que se pasean el rap, lo urbano, y su lírica proyecta sombras con luces intermitentes. MODA crea una amalgama melódica y rítmica difícil de clasificar, como queda asentado en su reciente álbum, Ninguna ola. En la actualidad ya circulan en redes las canciones La vuelta y Conduciendo y llorando y desde ayer empezó la promoción de Barcos hundiéndose, que coincide con el lanzamiento del disco completo en todas las plataformas digitales.

“Siempre nos hemos sentido orgullosos de estar ajenos a todas esas etiquetas que ni nosotros mismos sabríamos identificar u orientar un poco; ni sabríamos decir, por lo menos, a quien nos parecemos… La etiqueta de música culta nos funcionó un tiempo”, dice con humor uno de los integrantes de la agrupación española, de Burgos, durante una videoconferencia en la que los siete integrantes estuvieron presentes y, todos, con cubrebocas, como marcan las medidas sanitarias.

La orquesta está integrada por David Ruiz, Caleb Melguizo, Álvar de Pablo, José Ángel Hortigüela, Jacobo Naya, Nacho Mur y Jorge Juan. El primer corte que circuló entre los seguidores de MODA fue La vuelta, cuya la letra dice: “Nadie se acerca en la tormenta/ estoy perdido en la vuelta/ nadie me aleja de la tormenta/ …el futuro está brillante, aunque dicen que se apaga…” A pregunta sobre el contenido textual del álbum Ninguna ola, responde: “David (Ruiz) escribe las letras y pensamos todos que hace arte, que hace poesía; es una voz que saca la conciencia colectiva, social y se extiende a lo que sentimos, en los cambios que percibimos y de cómo vivimos la realidad, que es dura y a la vez luminosa, y esto se ve reflejado en la frase ‘donde está la tormenta, está la esperanza, un rayo de luz que puede dar un futuro brillante’, aunque a la vez no es lo que te venden o lo que pensabas, pero ahí está.

Dieron mordida

Para nosotros es muy importante lo que cuenta David, asegura el integrante de MODA, mientras el aludido agrega: “El disco está inspirado en el concepto del cambio, entendido en un sentido amplio que no se reduce a nuestra propia experiencia individual o de grupo, sino que está abierto al cambio que experimenta cualquier persona o que se puede percibir a través de otras. El disco es muy amplio y hemos intentado empezar con los instrumentos para que suenen diferentes a como lo hemos hecho otras veces; por ejemplo, Conduciendo y llorando empieza con un loop acompañando a la letra que describe un entorno, una sociedad y de repente en los estribillos se relaja todo totalmente y empieza a cambiar la letra y habla sobre el amor, la nostalgia.

En el disco encontramos eso, cómo la letra sería acompañada de los instrumentos, dejando bastante huecos los unos a los otros para percibir, sentir, las letras y representarlas con nuestros instrumentos.

Entre la incertidumbre actual, MODA elabora planes. “Tocar en todos los sitios donde nos dejen. Es difícil, pero todo lo que nos dejen hacer, lo haremos: Presentarnos en México, donde hemos recibido mucho cariño del público, y queremos volver cuanto antes. Hemos estado tres veces. La primera fuimos a una aventura. Nosotros nos compramos los pasajes y tocamos en la calle dando a conocer nuestra propuesta. Conocimos la mordidita de la policía para hacer posible que nos dejaran tocar allí, pero también hemos dado conciertos en salas y uno en el Centro Cultural de España.

En otra visita fuimos a Puebla, Monterrey y Guadalajara y en la Ciudad de México estuvimos en el Plaza Condesa y el Foro el Tejedor. Como ven, tenemos muchos recuerdos de México. Y como se nos ha acabado la botella de mezcal, hay que volver.