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Mayor cantidad, pero baja calidad educativa en AL: Ibero
 
Periódico La Jornada
Miércoles 2 de diciembre de 2020, p. 14

Aunque en las primeras dos décadas del presente siglo, la región de América Latina incrementó notablemente su matrícula universitaria, que pasó de 22 a 43 por ciento en su tasa de cobertura, en contraparte se sacrificó la calidad en la educación, se dijo en la presentación del último número de la revista Latinoamericana de Estudios Educativos, editada por la Universidad Iberoamericana (Uia).

Marisol Silva Laya, directora de Investigación y Posgrado de la Uia, dijo que actualmente, la región cuenta con 28 millones de jóvenesuniversitarios.

Brasil es el país con el mayor incremento, al pasar de 2.7 a 9 millones de estudiantes en las instituciones de educación superior. En México se incorporaron 1.9 millones de nuevos alumnos al sistema en el mismo periodo.

El ritmo de crecimiento fue distinto en los países debido a la capacidad económica, el crecimiento demográfico y la consolidación de la escolaridad previa propias de cada nación.

La tasa de cobertura también es diferente. Así, Argentina tiene una del 90 por ciento, Chile 88, Perú 71 y Uruguay 63, que al superar el 50 por ciento, se considera que alcanzaron la universalización de la educación superior, según la clasificación de Trow. México, con una tasa del 40 por ciento, se ubica en una etapa de masificación, de acuerdo a la misma clasificación.

En su intervención, la investigadora Silva Laya señaló que esta expansión de la educación universitaria en los últimos 20 años es un esfuerzo que debe reconocerse, pues permitió que jóvenes pertenecientes a sectores sociales desfavorecidos pudieran tener acceso a la universidad.

Indicó que este logro se dio por dos grandes vías: las políticas de equidad para ampliar el acceso a universidades públicas y la liberalización de la educación superior al sector privado.

Se diversificaron y se incrementaron las instituciones públicas, pero –advirtió– no avanzaron en la imprescindible innovación organizacional y pedagógica para dar cabida a grandes volúmenes de estudiantes no tradicionales con necesidades e intereses diversos.

La segunda de estas políticas, añadió, provocó un crecimiento notable, desde los años de 1990, de la educación superior privada, que actualmente atiende al 54 por ciento de la matrícula en Latinoamérica.

Proliferaron instituciones de absorción de la demanda, que no cuentan con los niveles necesarios para brindar una educación de calidad que responda a las expectativas y necesidades de la población estudiantil.

Entonces la reflexión que está en el fondo de estas dos vías de crecimiento es que, se privilegió el crecimiento cuantitativo y la ampliación de la matrícula, sacrificando los niveles de calidad, destacó la investigadora.