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Invierten en jets y vías de asfalto para su aterrizaje

Narcotraficantes usan aviones y pistas cada vez más sofisticados, revela Sedena
 
Periódico La Jornada
Lunes 16 de noviembre de 2020, p. 11

Los cárteles del narcotráfico están recurriendo en mayor medi-da a la utilización de jets y aviones de turbohélice para el transpor-te de drogas, según un reporte de la Secretaría de la Defensa Nacio-nal (Sedena), en el cual se revela que las pistas clandestinas utilizadas por los grupos delincuenciales son cada vez más largas y sus aeronaves más grandes.

Entre otros datos, el informe señala que, en enero pasado, se descubrió en Angostura, Sinaloa, una pista de mil 300 metros de largo, la más grande localizada en los últimos siete años.

En respuesta a una solicitud de información, la Sedena señaló que, de enero a octubre pasados, aseguró en todo el país 15 pistas clandestinas, cifra mucho menor a las 66 destruidas durante todo el año pasado.

Sin embargo, mientras el año pasado sólo una de cada cinco pistas tenía más de 700 metros de largo, en 2020 la tercera parte de las encontradas superaba esta medida.

Las características de los aviones asegurados también revelan el cambio de estrategia de las organizaciones del crimen organizado.

El año pasado, la Sedena aseguró 29 aeronaves utilizadas para el transporte de drogas ilícitas, de las cuales, más de la mitad, 17, eran de diferentes modelos Cessna, con un solo motor a pistones.

Hasta hace poco, este tipo de aeronaves era la preferida para operaciones ilícitas, debido a su bajo costo y su capacidad de despegar y aterrizar en pistas cortas, incluso de terracería.

La desventaja de este tipo de aparatos es su escasa capacidad de carga y lentitud, por lo cual, los narcos han optado por aviones más grandes y rápidos.

Durante lo que va del año, la Sedena reporta el aseguramiento de 11 aeronaves, de las cuales sólo tres son Cessna, dos de otros tipos de aviones de hélice y el resto son jets o turbohélice.

Se trata de dos aparatos Beechcraft King Air turbohélice, un jet Hawker, otro Gulfstream e incluso un Falcon 200, capaz de volar desde Sudamérica hasta México sin necesidad de recargar combustible, a una velocidad de mach 0.83.

De 11 pistas clandestinas aseguradas por el Ejército este año, siete se localizaban en Sinaloa, principalmente en los municipios de Choix y Angostura. El resto fueron halladas en Baja California, Baja California Sur, Chihuahua y Sonora, pero también en el centro del país, como Michoacán y Querétaro.

Aunque al utilizar aviones jet las organizaciones de narcotraficantes ganan en velocidad y capacidad de carga, se enfrentan a la necesidad de utilizar pistas asfaltadas, ya que existe el riesgo de que las piedras o maleza dañen las turbinas.

Por ello, han recurrido a la modalidad de aterrizar en carreteras estatales de escasa circulación, y luego abandonar la nave. Así ocurrió en julio pasado con un Hawker birreactor, asegurado por la Secretaría de Marina (Semar), luego de que aterrizó en la vía Chunhuhub-José María Morelos, en Quinta-na Roo.

La vigilancia del espacio aéreo mexicano está a cargo del Centro de Mando y Control del Sistema Integral de Vigilancia Aérea de la Sedena, que cuenta con radares y sensores aéreos para detectar cualquier vuelo subrepticio.