Opinión
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Exergo
T

odo lo que permanece fuera de la impresión inicial se denomina el exergo; es decir, lo que esta más allá de la percepción fija, sea en el texto o en el lenguaje.

A la amplia trayectoria de María Elena Medina Mora, integrante de El Colegio Nacional, se suma el nombramiento, hace una semana, de directora de la Facultad de Sicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y antes el de su incorporación a la Junta de Gobierno de esa casa de estudios. La también doctora en sicología social ejerció la dirección del Instituto de Siquiatría Ramón de la Fuente Muñiz. Asimismo, es profesora invitada de la Universidad Harvard y ha dirigido casi un centenar de tesis de licenciatura, maestría y doctorado. Sus investigaciones se han publicado en múltiples revistas y abarcan ámbitos como epidemiología, drogadicción y salud mental. Fue investida con el doctorado honoris causa de la Universidad Autónoma de Nuevo León. En 2011, fue reconocida por el Instituto Nacional de Abuso de Drogas de Estados Unidos con el Premio a la Excelencia por sus aportaciones y liderazgo internacional en el campo de las adicciones.

Según estos datos probados de María Elena Medina Mora, el exergo juega con el texto. Cito antes de comenzar y doy el tono dejando ver algunas personas cuyo contenido deberían dominar la escena.

El exergo mueve a almacenar por anticipado y a prearchivar un léxico que a partir de ese momento hará la ley y pondrá orden. Pero falta el exergo, ese no sé qué de María Elena que va más allá de sus méritos académicos fuera de serie.

Capacidad de trabajar incansable, vocación por la sicología social, ¿hay otra? Necesidad de reintegrar al farmacodependiente a la realidad. Una inteligencia que sintetiza al infinito. Sensibilidad para leer en sus pacientes el regreso al origen y vuelta a la anhelada realidad.

O sea, un eco lejano y confuso, como entre sueños. Sonidos inarticulados. Rumores. Suspiros. Palabras desconectadas. Frases inconexas, donde las palabras no han nacido, la articulación no es ya el grito, pero no es discurso. La repetición es casi imposible, el lenguaje separa concepto y sonido, significado y significante. Diferencia entre alma y cuerpo, amo y esclavo, Dios y el hombre.

De esas separaciones nacerá el lenguaje del cuerpo, los gestos, la relajación y la rigidez corporal . ¿Cómo reintegrar a la realidad social al farmacodependiente con este lenguaje de los primeros meses?

Una vida de María Elena Medina Mora dedicada a estudiar y tratar de resolver este flagelo de la vida social.