Opinión
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Ciudad perdida

En los estados, viejas costumbres // Alianza opositora ilegal // Outsourcing: los abusos

E

n la estrategia priísta del año 2000, que suponía la entrega de la administración a la derecha partidista, el garlito estaba en el poder que se trasladaba hacia los gobiernos estatales que, sin línea ni líder, hicieron lo que se les dio la gana, principalmente con el dinero de la Federación que les tocaba. El PRI gobernaba desde los estados y un hombre desquiciado, sin idea de gobierno, ensanchaba la manga para dar espacios a la corrupción. Los datos lo confirman.

Hay quienes aún ejercen el poder bajo esas premisas y están molestos con el cortaúñas. El resultado de gobiernos como los de Chihuahua, Jalisco, Aguascalientes, Nuevo León, por señalar algunos, han sido funestos, por decir lo menos. La violencia y el pésimo manejo de la crisis sanitaria por el coronavirus, demostrados con datos recientes, explican los malogrados hechos de gobierno, y también la ambición por perfeccionar fracasos, con sucesores títeres que trabajen para ciertos intereses sin que esté de por medio el bienestar de la población.

Entonces, la estrategia de ceder la Presidencia para ganar el poder pasaba, necesariamente, por un laissez faire que otorgaba a los gobernadores, entre otras cosas, lograr fortunas que les permitían retirarse a una vida sin mayores preocupaciones, como de faraón. Así, los mandatarios se mantenían calladitos y quietecitos, aunque las reformas en el papel afectaran a sus gobernados.

Y ahora construyen una alianza opositora ilegal, y decimos ilegal porque el artículo 117 de la Constitución establece que: Los estados no pueden, en ningún caso, celebrar alianzas, tratado o coalición con otro estado ni con potencias extranjeras, que busca, como acostumbra la derecha, engañar a la gente y luego traicionarla.

No dicen, por ejemplo, que desde 2018 dejaron de enviar los recursos para la salud que les obliga la ley, según se advierte en la Secretaría de Hacienda, ni nos explican cómo le hicieron otros gobernadores que se enriquecieron si los fondos que transfiere la Federación eran tan pobres.

El conflicto ha ido creciendo mientras el país vive una situación de crisis sanitaria cada vez más peligrosa. En esta ciudad, por ejemplo, hasta los empresarios han decidido lanzar un mensaje a la gente para pedir que se cuide, cosa muy poco o nunca vista, lo que nos advierte que los negocios, la lana, está en peligro. Así las cosas, los señores opositores al proyecto de honestidad deberían estar preocupados por la situación sanitaria en sus entidades y dejar para luego sus ánimos de impedir que se termine con la corrupción.

Saben, por ultimo, que su propuesta nace muerta por ley y por razón, pero su afán de llamar la atención ya se cumplió. Lo malo es que todos sabemos que, por ejemplo, el gobernador de Jalisco Enrique Alfaro suele gritar tanto que cuando está frente a López Obrador, ya cansado, sólo atina a decir: Sí, señor Presidente.

De pasadita

Y ya que andamos en eso de la palabra de los empresarios, no estaría nada mal echarle un ojo a las empresas outsourcing que durante la pandemia han despedido a cuanto personal se les ha puesto enfrente.

Total, no existe ninguna ley que impida hacer y deshacer con los empleados, y mientras consiguen dinero y más dinero de las compañías que no quieren tener mayores responsabilidades con sus trabajadores y menos aún con el gobierno.

Esto que les cuento sucede en esta ciudad y ya se empieza a resentir el abuso cometido en ese renglón, aunque uno se pregunta: ¿y qué pasa cuando una empresa cumple con todas las de la ley y la ley, en manos de quien la imparte, sólo sirve para cumplir con algunos caprichos trasnochados?