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Samba con distancia: vuelve la música a Río
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▲ El cantautor y músico brasileño Moacyr Luz (centro) toca su guitarra acústica durante el concierto de Samba do Trabalhador, en el club Renascenca del barrio Andarai, en Río de Janeiro, Brasil.Foto Afp
 
Periódico La Jornada
Jueves 29 de octubre de 2020, p. 8

Río de Janeiro. Músicos tocando alrededor de una mesa, envueltos por una multitud apretada que comparte abrazos y cerveza al son de un ritmo contagioso: pocas cosas son más tradicionales en Río de Janeiro que una rueda de samba.

Pero en tiempos de pandemia, quienes mantienen vivo este ritual histórico han tenido que adaptarse para poder rencontrarse con su público de forma segura y recuperar su fuente de ingresos.

No tocamos más en ronda sino encima de un escenario frente a una platea, explicó Moacyr Luz, de 62 años, fundador del tradicional Samba del Trabajador, un jolgorio que desde hace 15 años anima las tardes de los lunes para un público de hasta mil 500 personas.

Para este compositor, uno de los pesos pesados del género en Brasil y cuyo último disco fue nominado a los Grammy Latino 2020, hacer samba sin aglomeración es como marcar un gol y no poder festejar.

Se pierde un poco la naturalidad de la ronda, pero el samba no puede parar. Estamos pasando por una transformación, refirió Luz, un hombre blanco de cabellera tupida y barba grisácea.

Tras más de siete meses sin tocar para un público de carne y hueso –apenas hicieron shows por Internet–, el grupo reanudó este mes sus conciertos presenciales en el club Renascença, un tradicional reducto cultural en la zona norte de Río.

Cuíca, pandeiro, tamborim y cavaquinho, instrumentos de samba, son ejecutados por la banda con calidad de primera.

Pero las nuevas normas hacen que todo luzca diferente: donde antes había una muchedumbre caótica de pie ahora hay pequeños grupos distribuidos en mesas de plástico, con unos 300 lugares previamente comprados por Internet, que se agotan rápidamente. Para circular por las instalaciones del club es obligatorio usar mascarilla y someterse a un examen de temperatura al entrar.

Antes las personas llegaban y se concentraban alrededor de los músicos. Con este nuevo formato se pierde el contacto, el calor de la ronda, antes sentías que estabas junto con ellos tocando, recordó Dalia Melo, que acudió al show en compañía de su marido.

Lo importante es que volvió, celebró.

Cuestión de salud mental

Tras varios meses con las actividades no esenciales restringidas para frenar los contagios, las autoridades de Río iniciaron en junio un proceso gradual de reapertura. La música en vivo fue una de las últimas autorizadas a regresar, con la obligación de reducir a 50 por ciento el público y sin pista de baile.

Pese a la falta de calor humano, el público entona los versos de Moacyr Luz con energía, intercalando los tragos con croquetas de bacalao y otros bocadillos típicos. Para los cariocas, este conjunto de estímulos tiene un efecto terapéutico.

El samba es parte de la cultura brasileña. Remite a tantas cosas buenas: la unión de un pueblo, la defensa de una tradición. Y trae una alegría inconmensurable, afirma Cristina Barreto, otra asidua del Samba del Trabajador.

Estar aquí es una cuestión de salud mental, alimenta el alma para que podamos seguir enfrentando todo esto con seguridad, indicó.

Río de Janeiro (con unos 17 millones de habitantes) acumula más de 20 mil muertes por Covid-19, de las 157 mil registradas en Brasil desde el inicio de la pandemia.

La capital del estado registró en las pasadas dos semanas un promedio de 37 muertes y 435 casos nuevos por día, y acumula hasta ahora 11 mil 900 decesos, según datos oficiales.

Para Moacyr Luz la pandemia ha sido sinónimo de pérdida, sobre todo después de la muerte del compositor Aldir Blanc (autor de la canción O Bebado e a Equilibrista, inmortalizada en la voz de Elis Regina), que falleció a los 73 años víctima de Covid-19 en mayo.

Aprendí a perder: perdimos al gran público, lanzamientos, giras, perdí a mi principal colega de carrera, con quien compuse más de 100 canciones, lamentó Luz, que defiende el regreso de las actividades para que los músicos puedan trabajar, pero exhorta a las personas a respetar las normas de distancia para evitar una segunda ola de contagios y un nuevo confinamiento.

Mi mayor deseo es poder abrazar a las personas, no tener miedo de demostrar cariño, señaló.

La pandemia no ha mermado su espíritu creativo, sino al contrario, inspiró algunas de las más de 30 nuevas canciones que compuso en los pasados meses.