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Deportistas inmortalizados por alzar la voz

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or estos días, pero de 1968, los medios de comunicación del mundo comentaban la foto en la que aparecían los atletas Tommie Smith y John Carlos. Mientras sonaba el himno de Estados Unidos en el Estadio Olímpico de la Ciudad Universitaria de México, ambos inclinaron la cabeza y levantaron en alto el puño derecho e izquierdo, respectivamente. Cada uno llevaba puesto un solo guante negro. Era el saludo del poder negro.

El puño derecho de Smith representaba ese poder en Estados Unidos (el Black Power), mientras el izquierdo, de Carlos, la unidad de la población negra.

Habían ganado las preseas de oro y bronce, respectivamente en los 200 metros planos. Además, Smith impuso un nuevo récord mundial, apenas superado en 1984.

“Si gano, soy estadunidense, no un negro estadunidense. Pero si hago algo malo, entonces ellos dirían: ‘negro’”, dijo Smith. Y enfatizó: Somos negros y estamos orgullosos de serlo, al explicar por qué había protagonizado, junto con Carlos, una de las imágenes más impactantes e icónicas en la historia de los Juegos Olímpicos.

El caso de Colin Kaepernick

Aclaró que no fue una protesta contra la bandera o el himno de su país, pero sí contra la gente que representa. El Comité Olímpico de Estados Unidos sancionó de por vida a los dos atletas, cortando así sus carreras deportivas. Mas su protesta fue de tal dimensión que está inmortalizada en el Museo de la Historia y Cultura Afroestadunidense de Washington.

A finales de 2016, un destacado jugador de futbol americano, Colin Kaepernick, se arrodilló cuando sonaba el himno de Estados Unidos al inicio de un partido. Fue una clara expresión de apoyo al movimiento Black Live Matters.

La reacción de los supremacistas blancos fue de indignación por lo que consideraron una afrenta a los símbolos patrios. El presidente Trump pidió sacar a ese hijo de puta de la cancha ahora mismo; está despedido. Ojalá el 3 de noviembre los votantes expulsen al magnate de la Casa Blanca.

Colin abandonó su carrera, mas su forma de protestar la repiten desde entonces cientos de deportistas estadunidenses.