El ex presidente Enrique Peña Nieto nunca dudó de sus comandantes de las fuerzas armadas. Muy por el contrario, en los constantes actos públicos con el Ejército y la Marina, el mandatario no escatimaba el reconocimiento a su lealtad.

Tres días antes de concluir su encargo, en su último encuentro formal con las tropas, en su condición de Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas se refirió así del general ex titular de la Sedena hoy detenido en Estados Unidos por cargos de narcotráfico:

Reitero mi agradecimiento al general secretario Salvador Cienfuegos Zepeda por su acompañamiento y apoyo constantes a lo largo de este sexenio. Hoy, gracias a su labor, el Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos son más fuertes que nunca. De todo corazón, mi reconocimiento por estos seis años de trabajo incansable en favor de México. Me llevo de usted grandes momentos y enormes satisfacciones. Enhorabuena.

En Culiacán, Peña Nieto inauguró ese día la Tercera Brigada de la Policía Militar El Sauz, la unidad habitacional y el hangar de helicópteros Black Hawk de la Base Aérea Militar número 10.

Ante la inminencia de dejar el cargo y ya con nostalgia inocultable, el mandatario reportó también misión cumplida en materia de infraestructura militar y naval.

Con antelación, en agosto y en octubre, Andrés Manuel López Obrador, ya como presidente electo, se reunió con el general Cienfuegos, quien le ofreció sus puntos de vista sobre el grave problema de la violencia y las alternativas, según dijo el primero vía Twitter.

Confirmaría también un encuentro con el titular de la Secretaría de Marina, almirante Vidal Francisco Soberón Sanz.

Pero como parte del gabinete de Peña Nieto, el apego de éste con los titulares de las fuerzas armadas fue más que evidente y al menos cada mes encabezaba actos donde el Ejército y la Marina eran los protagonistas.

Los institutos armados fueron recíprocos en los reconocimientos a su Comandante Supremo.

Así, en un acto inusual, el 6 de noviembre de 2018 condecoraron por Servicios Distinguidos y la Distinción Naval de Primera Clase a Peña Nieto, en una imponente ceremonia en el Campo Militar número 1. Se trata de las más altas distinciones que otorgan las fuerzas armadas.

Henchido de orgullo, Peña Nieto respondió ese día: Si algo me hace merecedor de este homenaje se debe, en gran parte, a que siempre conté, y sigo contando, con el consejo y la altura moral de dos extraordinarios mexicanos al frente de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Secretaría de Marina.