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Economía moral

Tres objetivos rectores adicionales para el programa político de Morena que convoco a construir juntos

A

demás de los objetivos rectores 1 y 2, Vida buena y plena y Democracia plena, que narré el 2 de octubre, el borrador de plataforma electoral de Morena 2015 (PE2015), plantea otros 3 objetivos rectores que hoy sintetizo. La PE2015 está disponible en: https://bit.ly/3j2cG6S. ¿Quieres participar en la construcción del programa político para Morena? Escríbeme.

Objetivo rector 3. Autodeterminación nacional. La historia enseña que son sólo las naciones libres y soberanas las que logran un desarrollo económico y social vigoroso. La autodeterminación en nuestras relaciones con otros países y con organismos internacionales es objetivo rector que Morena propone. La vida buena y plena para todas y todos requiere una economía próspera que, a la par de una fuerte disminución de la desigualdad y la universalización de los servicios sociales (educación, salud, seguridad social, agua y drenaje, apoyos para vivienda, etcétera.) permita que todas las personas satisfagan, a un nivel austero pero digno, las necesidades humanas y se desarrollen culturalmente. No está a la venta la soberanía del pueblo de México ni su patrimonio natural y estratégico. Morena reconoce la plena vigencia de México como proyecto nacional autodeterminado: país plenamente soberano ante intereses de los mexicanos ultrarricos, las fuerzas corporativas globales, y las potencias hegemónicas. Nada justifica que los intereses de las corporaciones globales y los megacapitalistas pongan a nuestra nación, nuestro trabajo y nuestra libertad a su servicio y explotación. Ésta es la causa profunda de la indignante y obscena desigualdad, injusticia, pobreza y falta de oportunidades de la mayoría. El modelo económico neoliberal pone en grave riesgo la viabilidad económica, social y política de México, y su existencia como Estado libre con identidad propia. México debe recuperar su proyecto nacional de desarrollo con autodeterminación frente a la globalización, y no a su servicio, como condición para dar cumplimiento a los derechos humanos y colectivos de los mexicanos.

Objetivo rector 4. Por una nación pluricultural, la autonomía de los pueblos indígenas y la recuperación de nuestras raíces campesinas. México es uno de los tres países con mayor diversidad cultural y biológica del mundo, cuyo centro está en los pueblos indígenas y en las comunidades agrarias, en sus relaciones con la naturaleza y en la vida comunitaria. Más de la mitad del territorio es propiedad social, ejidos y comunidades indígenas y campesinas. Un invaluable patrimonio natural y cultural. La recuperación de nuestras raíces identitarias pasa por darle viabilidad económica a las comunidades agrarias. En el campo están nuestras raíces culturales. El México urbano perderá irremisiblemente su identidad si no se reconcilia con el México profundo, en gran medida rural. No se trata de preservar reliquias arqueológicas, sino de restaurar la vitalidad socioeconómica del campo como sustento de su vitalidad cultural. No caben aquí nostalgias reaccionarias, que los jóvenes rurales son los primeros en rechazar, queremos un México moderno, plural y abierto al mundo, pero que sea también un México indígena y campesino. Los hombres y mujeres del campo están empeñados en transformar a fondo nuestros sistemas de convivencia gremial y ciudadana. En particular, los pueblos indios han puesto la muestra de lo que puede ser una nueva socialidad democrática, participante y autogestiva. En la construcción de una democracia participativa es necesario reconocer los derechos autonómicos de los pueblos indios. Durante cinco siglos los indígenas han sido oprimidos casi hasta la extinción. No puede haber cambio profundo sin eliminar el colonialismo interno, lo que significa reconocer sus derechos políticos, socioeconómicos y culturales, incluyendo formas de autogobierno y derechos colectivos al usufructo de los recursos naturales de sus territorios, preservación y desarrollo de su cultura. El colonialismo cultural ha negado la diversidad, imponiendo una visión nacional única y excluyente, de la misma forma que los modelos agroindustriales acaban con la enorme variedad de recursos de la naturaleza y con el modo de vida campesino. Un México pluricultural y biodiverso implica crear nuevas condiciones democráticas, de igualdad y equidad para los pueblos originarios, no sólo culturales sino también económicas, políticas y sociales, así como promover formas de producir que conserven la riqueza biológica. Morena lucha porque a los pueblos indígenas se les reconozcan los derechos a ser consultados, a su integridad cultural, participación política, consentimiento libre, previo e informado. Nuestro partido está comprometido en que sean cumplidos los acuerdos de San Andrés Larráinzar. El agro ha sido postergado por tecnócratas que lo consideran cosa del pasado. Nosotros vemos al campo florecer en el porvenir. Impulsaremos un nuevo y más justo pacto entre el México urbano y el México rural, y en este marco, una relación más justa y respetuosa entre el gobierno y el mundo agrario. Morena propone que el país reconozca, y así lo plasme en la Constitución, los derechos autonómicos de los pueblos autóctonos, lo que significa reconocer su territorio, normas políticas y jurídicas, saberes y prácticas productivas, lenguas y culturas.

Objetivo rector 5. Armonía con la naturaleza. Lo que el mundo actual está viviendo es una crisis de la civilización occidental y su modernidad capitalista. Abordar los problemas ecológicos significa plantearse cambios sustanciales y profundos que buscan un salto civilizatorio, un cambio de paradigma, abandonando el afán acumulativo del capitalismo que no se frena ni siquiera ante la seria amenaza de la sexta extinción en el planeta. El cambio climático es la amenaza más potente y cercana, aunque no la única, del desastre ecológico planetario. En México, Pemex, CFE y el transporte generan 60 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero que precipitan el cambio climático. Los efectos del cambio climático en el país se manifiestan en sequías, inundaciones y heladas y la inminencia de la escasez de agua por el derretimiento de los glaciares. En México ha cobrado particular gravedad la contaminación provocada por la minería a cielo abierto a cargo de trasnacionales y que se ha convertido en la actividad más depredadora de recursos y de las culturas rurales. Las venas de la nación están abiertas y tiene lugar un proceso de explotación descomunal de sus riquezas. Las concesiones mineras comprenden la cuarta parte del territorio nacional, pero las mineras pagan al erario sólo 2 por ciento del valor extraído del subsuelo. Entreguismo que ni siquiera es significativo para las finanzas del Estado. Esto se agravará con la privatización energética. El agua escasea y grandes núcleos de población tienen magro acceso a ella. Tenemos que hacer mucho más como país (hoy hacemos muy poco) frente al cambio climático y adoptar una postura vigorosa en las cumbres mundiales. Enfrentarlo requiere una ineludible participación personal, familiar y comunitaria; cambiar hábitos y prácticas. La defensa del medio ambiente es central en la agenda de deberes ciudadanos. Proponemos un desarrollo ecológicamente sustentable gobernado democráticamente para que haya futuro.

Te invito a mi conferencia Desigualdad, desarrollo y pobreza hoy a las 18 horas en https://lasalle.mx/envivo.

www.julioboltvinik.org