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Ver día anteriorDomingo 4 de octubre de 2020Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Datos eléctricos y economía
O

bservemos un poco los datos más recientes sobre la marcha de la generación de energía eléctrica y de su inyección y retiro de la red nacional de transmisión y de las redes generales de distribución. No incluimos ese poquito de electricidad que no ingresa a las redes. ¿Cuál? La del llamado autoabastecimiento local.

Por falta de ese pequeño porcentaje –que, sin duda, crecerá conforme se desarrollen aún más las formas descentralizadas de energía– debe ser estimado con informes de los generadores locales de datos duros recientes.

Una parte muy significativa es energía autoabastecida por Pemex para sus requerimientos cotidianos. Y otra autogenerada por empresas industriales, comerciales, de servicios e, incluso, agrícolas –también, por cierto, por cada vez más usuarios residenciales– con el objetivo de cubrir los llamados usos propios continuos, sustituir parte del suministro habitual o, alternativamente, respaldar los momentos de corte del suministro proveniente de las redes públicas.

Datos oficiales indican un volumen que representa cerca de 7 por ciento del consumo nacional. En 2019 este consumo nacional fue del orden de los 347 mil millones de kilovatios-hora (kWh), de los cuales 323 mil millones de kWh ingresaron a las redes y cerca de 24 mil millones de kWh son del autoabasto local. Como hemos tratado de observar y documentar a lo largo del año, es muy probable que en este 2020 la energía que ingrese a la red disminuya entre 3 y 4 por ciento, y que la del autoabasto local disminuya un poquito. Las mediciones, los datos y las estimaciones más recientes –por zonas de retiro, disponibles hasta el sábado 19 de septiembre– así lo muestran.

En los primeros tres meses del año la energía retirada de la red creció muy poco. En abril –ya en pleno confinamiento por la pandemia– se desplomó poco más de 9 por ciento. La comparación siempre es respecto del mismo periodo de referencia del año anterior, asunto que en algunos casos, como el de abril, por la Semana Santa movible, exige algunos ajustes especiales. En el periodo de abril y mayo el descenso prácticamente fue de 7 por ciento, y en el periodo de abril a finales de julio –el descenso del periodo de confinamiento y de la muy lenta recuperación– acumuló una caída de 8 por ciento.

Los datos del retiro de energía eléctrica de las redes de agosto a septiembre muestran que las caídas han sido cada vez menos drásticas. Así, con algunos datos estimados para los últimos días de septiembre podemos concluir que el descenso de abril a septiembre ya es de 6 por ciento. Así, la reducción en el consumo de electricidad en 2020 equivale a una baja anual de 4 por ciento.

Si la leve recuperación de los dos meses pasados persiste e incluso mejora entre octubre y diciembre, el descenso anual de electricidad sería del orden de 3 por ciento. Además, al considerar la estructura del consumo –que disminuyó en muchos casos, pero incrementó en el sector residencial– no es difícil ratificar, como lo hemos comentado en otro momento y con otras variables como la intensidad eléctrica, que la economía puede caer 10 por ciento. Todo esto considerando los datos más duros de la medición eléctrica, global y regional, y algunos datos recientes de la facturación sectorial. Sin duda.