ás que reveladora resulta la radiografía fiscal que ayer dio a conocer la jefa del Servicio de Administración Tributaria (SAT), Raquel Buenrostro, no sólo por las cantidades que revela, sino por las prácticas que documenta, las cuales prevalecieron en la época neoliberal, pero sólo, claro está, para los grandes corporativos y sus dueños.

De entrada, la matemática egresada de la UNAM detalló que “en las dos administraciones pasadas (Calderón y Peña Nieto) se condonaron 413 mil millones de pesos (algo así como el presupuesto de la UNAM en la última década), y tan solo en el primer año de gobierno del novio de Tania, mediante el programa Ponte al Corriente, se perdonaron 226 mil millones de pesos, la mayoría de ellos a los grandes corporativos.

Raquel Buenrostro detalló que en materia recaudatoria existen cuatro grupos, uno de ellos el de los grandes contribuyentes (aquellos con ingresos superiores a mil 500 millones de pesos anuales). Este sector lo constituyen 12 mil contribuyentes (físicas y morales), más o menos, y ellos representan 50 por ciento de la recaudación. De todo el padrón (alrededor de 60 millones de causantes), este grupo representa 0.02 por ciento de las empresas. Son poquitos, pero aportan 50 por ciento.

El resto, dijo, son personas comunes y corrientes, a las que nos descuentan de nuestro sueldo los impuestos respectivos; o personas con actividades propias, y que se dan de alta por honorarios, servicios, etcétera. Pero la mayor parte de la recaudación está concentrada en las empresas, ese 0.02 por ciento, proporción que en administraciones pasadas fue beneficiaria de las grandes condonaciones y demás favores fiscales. Pero se modificó la ley y explícitamente se prohíben las condonaciones, y nos ahorramos esa parte del dinero.

Un elemento adicional a destacar: de enero a agosto del presente año se han promovido 175 denuncias ante la Secretaría de la Función Pública, en donde aparecen 497 servidores públicos. Adicionalmente, también se han presentado 39 denuncias ante la Fiscalía General de la República, que implican delitos de 70 servidores públicos, además de los contribuyentes involucrados, porque para que haya corrupción tiene que haber un corruptor y un corrompido, o sea, son dos partes; en las denuncias que se hicieron ante la FGR se incluyen empresas, obviamente, y de esos 70 servidores públicos, 45 por ciento es personal de aduanas.

Por el lado de las factureras, Buenrostro detalló que de 2015 a 2018 se revisaron 13 mil contribuyentes; el importe facturado fue de un billón y medio de pesos. En dos años que lleva la presente administración se han revisado menos contribuyentes, pero con un momento de facturación mayor. Sólo se han revisado 3 mil 226 contribuyentes con un importe facturado de un billón 800. Eso quiere decir que de 2015 a 2020, en los últimos cinco años, de las empresas que sólo se han revisado, el importe es de 3.5 billones de pesos; para que tengan una idea, 3.5 billones es la recaudación que estima el SAT para todo este año en la Ley de Ingresos; entonces, estas operaciones simuladas fueron por un monto equivalente a lo que recauda el SAT en todo el año.

El SAT ya presentó en la FGR un primer paquete de denuncias contra 42 factureras por defraudación fiscal. Aparecen 30 personas, incluso reconocidas, vinculadas con equipos de futbol, medios de comunicación, periódicos, grupos musicales, etcétera. Aquí hay varios esquemas que tan sólo el monto de los adeudos que se estiman para estas 30 personas físicas con operaciones simuladas asciende a 2 mil 200 millones de pesos. Solo en 30 personas. Y las que faltan.

Las rebanadas del pastel

Para el neonazi Gilberto Lozano y sus tiendas de campaña voladoras todas las garantías y bienvenidos; nada más que no simulen, que se queden a dormir los dirigentes. Sería muy bueno que los patrocinadores también vengan a acampar aquí, a dormir aquí, no sólo la gente, sino los machuchones, los chipocludos, los fifís (Andrés Manuel en la mañanera de ayer).

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