Opinión
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Juárez ciudadana
J

uárez es mucho más que una ciudad adolorida de nota roja. Es una urbe con una ciudadanía muy activa, consciente, que busca hacer surgir la esperanza en medio del temor y del descuido sempiterno de los gobiernos.

Hemos hablado en este espacio de las causas y las luchas de los colectivos –las colectivas, dicen ellas– muchachas que se siguen manifestando muy contestatariamente contra la violencia de género y los abusos policiacos. Del acompañamiento del movimiento de mujeres a las familias víctimas de los feminicidios y de las y los defensores de los derechos humanos. También de los encomiables esfuerzos por sustraer a las y los jóvenes en riesgo de las adicciones y de la delincuencia organizada. De la creatividad de las y los artistas y el gran compromiso de las y los periodistas que hacen presente la belleza y la verdad en esta difícil, pero apasionante ciudad.

Pues bien, ahora está en marcha, por una doble, pero convergente vía, una iniciativa ciudadana para exigir la revocación del mandato del alcalde Héctor Armando Cabada Alvídrez, elegido por la vía independiente en 2015 y relecto en una muy cuestionada elección de final de fotografía con el candidato de Morena, Javier González Mocken, para el periodo 2018-2021.

Desde finales de 2019 un grupo de ciudadanas y ciudadanos organizados empezaron a analizar en varios foros la gestión del alcalde Cabada Alvídrez. A pesar de haberse relegido, constataron que los resultados de su administración son muy escasos y opacos. No se trataba de que en sólo cuatro años se abatiera la enorme carga de rezagos de esta ciudad fronteriza, pero sí que se dieran significativos avances en los aspectos más urgentes. En contraste, el gasto del ayuntamiento en comunicación social llega casi a 400 millones de pesos en cuatro años, según los promotores de la revocación.

El más ambicioso proyecto del actual alcalde fue el de Juárez Ilumina, para modernizar el alumbrado público, con un costo de miles de millones de pesos. Se proponía llevarlo a consulta ciudadana, pero cuando vio que un proyecto semejante fue derrotado en consulta pública en el municipio de Chihuahua, decidió retirarlo para no arriesgarse.

Mucho contribuyó a documentar la molestia de las y los juarenses con la administración, la labor de un think tank de la sociedad civil fronteriza: la asociación Plan Estratégico de Juárez, que da seguimiento puntual a la labor del cabildo, a las políticas municipales que promueve la participación ciudadana y anualmente emite el informe: Así estamos Juárez.

Así las cosas, se constituyeron dos colectivos para solicitar la consulta de revocación del mandato ante el Instituto Estatal Electoral (IEE): Juárez Revocación del Mandato y Juárez Decide. Desde marzo presentaron su solicitud ante el instituto. La obtención de firmas ciudadanas comenzó el primero de septiembre.

Hay un antecedente de estos combates de la sociedad civil juarense: en 2005, el cabildo de esa ciudad decidió invertir una gran suma en la urbanización de la localidad Jerónimo, junto al cruce internacional a Santa Teresa, Nuevo México. Activistas y académicos hicieron ver que la inversión favorecería sobre todo a promotores de la industria maquiladora y a especuladores inmobiliarios, como a la familia Vallina, y decidieron promover un referéndum para echar abajo la decisión del cabildo. Reunieron 56 mil firmas, pero enormes vacíos en la ley propiciaron que el IEE anulara miles de firmas y rechazara la solicitud aduciendo, además, que debía organizarse no un referéndum, sino un plebiscito.

La experiencia fue asimilada por la sociedad civil de Juárez y de Chihuahua. Diversas organizaciones, como el Plan Estratégico de Juárez y la Red por la Participación Ciudadana, promovieron entonces una nueva ley estatal de participación ciudadana para facilitar y promover las figuras de la democracia participativa. Dicha ley, de las más avanzadas en el país, fue aprobada por el Congreso del estado en 2018. Con ella bajo el brazo, las ciudadanas y ciudadanos fronterizos se lanzaron a promover la revocación de mandato de su alcalde.

Comenzaron el primero de septiembre y ya llevan 16 mil firmas. Tienen hasta finales de noviembre para reunir un total de 54 mil 890, pero quieren acopiar más de 60 mil para que no les salgan con cuentas mochas las autoridades del IEE. Hay un gran entusiasmo en la población juarense. Se pensó inicialmente en 50 auxiliares de recolección de firmas, pero ya se anotaron más de 200 personas para la tarea. Sólo una de ellas ha logrado ya juntar más de mil 500.

El alcalde interpuso un recurso ante el Tribunal Estatal Electoral (TEE) en contra de las solicitudes de revocación. A finales de la semana pasada el propio TEE confirmó la resolución del Instituto Estatal Electoral y determinó improcedente el recurso de impugnación interpuesto por el alcalde Cabada Alvídrez, y determinó procedente el instrumento de participación ciudadana.

Hace muchos años, don Pepe Álvarez Icaza me dijo: los cambios importantes de este país, no van a venir del centro, sino de la periferia más marginada, desde Chiapas, Oaxaca y de las olvidadas y maquileras ciudades fronterizas del norte. Las comunidades indígenas del sureste y la ciudadanía juarense le están dando la razón.