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Comer menos carne permitiría a ecosistemas volver a crecer, dice estudio
 
Periódico La Jornada
Martes 8 de septiembre de 2020, p. 2

Madrid. Los alimentos con proteínas vegetales, como lentejas, frijoles y nueces, pueden proporcionar nutrientes vitales utilizando una pequeña fracción de la tierra necesaria para producir carne y productos lácteos.

Al cambiar a esos alimentos, gran parte de la tierra restante podría albergar ecosistemas que absorben dióxido de carbono, según estudio en la revista Nature Sustainability.

Los científicos analizaron y mapearon áreas donde la producción extensiva de alimentos de origen animal, que requiere 83 por ciento de las tierras agrícolas del planeta, suprime la vegetación nativa, incluidos los bosques.

La investigación destaca lugares donde se puede cambiar lo que las personas cultivan y comen, lo cual podría liberar espacio para que los ecosistemas vuelvan a crecer, compensando nuestras emisiones de dióxido de carbono en el proceso.

El mayor potencial para la regeneración de los bosques, y los beneficios climáticos que conlleva, existe en los países de ingresos altos y medianos altos, donde reducir la cantidad de carne y lácteos tendría impactos relativamente menores en la seguridad alimentaria, señala Matthew Hayek, autor principal del estudio y profesor asistente en la Universidad de Nueva York.

La quema de combustibles fósiles para obtener energía emite dióxido de carbono, calentando el planeta. Cuando el calentamiento alcance 1.5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales, se esperan impactos más severos como sequías y aumento del nivel del mar. Los científicos describen cuánto combustible fósil podemos quemar antes de alcanzar ese límite, utilizando el presupuesto de carbono global.

Según los hallazgos de los autores, el crecimiento de la vegetación podría eliminar entre nueve y 16 años de emisiones globales de dióxido de carbono de combustibles fósiles, si la demanda de carne cayera drásticamente en las próximas décadas junto con sus enormes requisitos de tierra. Esa eliminación duplicaría el presupuesto de carbono de la Tierra, que se reduce rápidamente.

Podemos pensar en cambiar nuestros hábitos alimenticios hacia dietas amigables con la tierra como un complemento al cambio de energía, en lugar de un sustituto. La restauración de los bosques nativos podría comprar un tiempo muy necesario para que los países hagan la transición de sus redes de energía a una infraestructura renovable libre de fósiles, concluye Hayek.