El sector privado en conjunto con instituciones públicas y universidades crearon el ventilador de emergencia VSZ-20-2, el cual fue desarrollado en un tiempo récord de 10 semanas y se caracteriza por ser de bajo costo y fácil producción en serie.

El dispositivo, cuya propiedad intelectual es del Instituto de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, se diseñó con el fin de solventar la falta de ventiladores causada por la saturación hospitalaria por la pandemia.

Debido a que su funcionamiento es a base de pistones, no depende de tomas murales para su uso y es suficiente la conexión a un tanque de oxígeno, lo que permite su uso tanto en hospitales como en áreas adecuadas para la atención de pacientes afectados por el Covid-19.

Cuenta con ventilación por volumen y por presión, ambos necesarios para el tipo de afectaciones que presenta un paciente con la enfermedad. Además, tiene una interfaz intuitiva que requiere mínima capacitación, así como diversos métodos de compensación que asegura su desempeño a cualquier altitud.

Los primeros 20 ventiladores serán adquiridos por la Fundación Carlos Slim, que donará las unidades a cuatro hospitales públicos en los estados de San Luis Potosí, Yucatán, Coahuila y Guerrero.

Metalsa será responsable de la administración del proceso de solicitud de ventiladores que estarán ensamblados en una de sus plantas de manufactura, ubicada en Apodaca, Nuevo León. Por el lado de la iniciativa privada participó GSE BioMedical; Grupo Proeza a través de Metalsa; Femsa a través de Torrey, Solística y Repare; Grupo Coppel; ALFA a través de Nemak; Lodi Automotriz, Lanix Med, Steris, Ternium Salud y Bocar.

Mientras que el Tecnológico de Monterrey, la Universidad de Monterrey participaron como instituciones académicas, en tanto que por el sector público participaron el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, a la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).